El fin de semana pasado por lo menos 6 personas fueron asesinadas por ser presuntos sicarios o “delincuentes fichados”. En las declaraciones de los voceros de la Policía Nacional el uso de un diccionario eufemístico es la regla general.
Casi siempre cuando la policía mata cambia el término por “ultima”, “ejecuta” o “abate”. Nunca mata, porque eso, matar, sólo lo hacen los delincuentes.
Demasiados presuntos sicarios, demasiados presuntos delincuentes vestidos de policías o de militares, demasiados supuestos. La prensa también se cuida, y ya es raro que califique de delincuente a alguien aunque tenga en sus archivos los historiales y sentencias firmes del presunto transgresor. Y así, entre presuntos y supuestos, se va suponiendo que debemos salir a la calle a suponer que no nos matarán o, supuestamente no nos robarán porque presuntamente la delincuencia es una cuestión de presunta percepción ciudadana.
Un supuesto de hecho es una premisa que, en el caso de que se cumpla, lleva a una o más consecuencias jurídicas. Y un delito es delito después que una sentencia judicial, en última instancia, así lo dispone basada en un tipo penal del derecho positivo. Por lo que por un supuesto o un presunto no se puede “ultimar”, “ejecutar”, o “abatir” a nadie.
Los eufemismos son las artimañas usadas en el lenguaje políticamente correcto para evitar posibles ofensas a grupos o individuos, o son las herramientas para la manipulación del lenguaje para hacer más fácil la aceptación por la “masa” de verdades que, expuestas de otro modo, resultarían desagradables de oír.
En los acostumbrados “intercambios de disparos” que reporta la Policía Nacional se viola la Constitución, las leyes adjetivas, los derechos humanos, la paz y, sobre todo, la verdad. Casi todos estamos de acuerdo en que “ultimen” a tantos delincuentes que hay en la calle, en los destacamentos, en las Fuerzas Armadas y en los ministerios; pero no así. Así es como se “ultimaban y se ultiman” en las dictaduras. Muchos recordarán la película “Minority Report”, basada en la novela de ciencia ficción “El informe de la minoría” de Philip K. Dick. En ella existen 3 “precognitivos” que prevén los crímenes que ocurrirán. Con estas supuestas previsiones se controla el crimen antes de suceder, mediante una fuerza policial especializada que manejaba esta información privilegiada. Pues bien, parece que nuestra policía tiene varios “precognitivos”, además de sus interactivos, que prevén el delito, prevén la sentencia y prevén el cementerio de los delincuentes potenciales. Lo que también ven los “precognitivos” de la policía es que los presuntos fiscales y jueces no harán su trabajo y dejarán a la ciencia ficción policial seguir el rastro de sangre sobre el asfalto.