El presidente del Consejo Europeo pidió el martes hallar una solución humana para las miles de personas nacidas en República Dominicana de ascendencia haitiana cuya nacionalidad podría ser anulada por una decisión del Tribunal Constitucional.
“Todos estamos de acuerdo que es una preocupación compartida que requiere una solución humana”, dijo Herman Van Rompuy en un encuentro con los presidentes de Haití, Michel Martelly, y de República Dominicana, Danilo Medina, en el complejo turístico de Punta Cana, 200 kilómetros al oriente de Santo Domingo.
El funcionario evitó realizar sugerencias sobre posibles soluciones, al recordar que se trata de un tema que corresponde a la soberanía dominicana.
Van Rompuy felicitó a Medina en nombre de la Unión Europea por los pasos adoptados por el gobierno dominicano para solucionar la crisis creada por el Tribunal Constitucional, como la recién aprobada ley que revalida la nacionalidad de los afectados por la sentencia siempre y cuando estén inscritos en el registro civil.
“Este es un paso importante para resolver una situación difícil y sensible”, señaló.
Según estimaciones de organismos de derechos humanos basadas en una encuesta de Naciones Unidas, unos 210.000 dominicanos de ascendencia haitiana serían afectados por la orden de anulación de nacionalidad. El registro civil dominicano insiste que sólo 13.000 están en esa situación.
Para solucionar la crisis, el Congreso aprobó en mayo una iniciativa de Medina que revalida de forma automática la nacionalidad pero sólo de aquellos cuyo nacimiento fue inscrito en el registro civil.
Algunas de las agencias de Naciones Unidas y diversas organizaciones internacionales de derechos humanos estiman que la gran mayoría de los afectados nunca fueron inscritos, por lo que miles de personas aún podrían quedar apátridas y en peligro de ser deportadas.
Martelly, Medina y Rompuy se reunieron en Punta Cana para evaluar proyectos bilaterales financiados por la Unión Europea como los planes para mejorar el servicio de aduanas en la frontera común, así como proyectos de desarrollo fronterizo y de protección del medio ambiente.
Medina pidió apoyo financiero del bloque europeo para construir al menos dos hospitales en la frontera con Haití a fin de atender a la población de esa zona. El gobierno ha insistido durante años que invierte sumas millonarias en atender haitianos que cruzan la frontera en busca de servicios de salud, especialmente mujeres embarazadas.
El mandatario haitiano solicitó que la ayuda de la Unión Europea para los programas bilaterales no se limiten sólo a la zona fronteriza, sino en “la búsqueda común de inversiones extranjeras directas para proyectos binacionales privados” que contribuyan a generar empleos.
La cita con Van Rompuy ocurre en momentos en que los gobiernos de República Dominicana y Haití celebran una serie de reuniones bilaterales para distender sus vínculos luego de que como consecuencia de la decisión del Tribunal Constitucional sufrieron uno de sus mayores distanciamientos de las últimas décadas.
Van Rompuy aseguró que la Unión Europea está lista para ayudar a los dos países a implementar los acuerdos que se alcancen en las reuniones bilaterales, que incluyen planes de salud, educación, seguridad y migración.