Si temes dejar a un lado esta postura, no sigas leyendo. Si quieres aprender, lee. Lo importante del amor no es el órgano, es el efecto que causa cuando lo dejamos ser.
La piedra filosofal. Aristóteles solía pensar que dentro de este importante órgano del cuerpo humano se encontraban todas las pasiones. El filósofo lo describía como si tuviera forma redonda y una parte inferior puntiaguda. Se cree que esos detalles motivaron a artistas de la época que luego pasaron la tradición.
Oriente. Para los hindúes, el Chakra constituye el centro de la “energía vital universal”. En todo el cuerpo, están repartidos los siete chakras, siendo el corazón de donde brota el amor y sus manifestaciones.
Con todo el hígado. Si el corazón late aceleradamente cuando se acerca la persona que quieres, es porque en nuestro cuerpo se produce una especie de catarsis. Hay una sobredosis de energía proveniente de los glucocorticoides (hormonas que intervienen en varias funciones corporales), que son liberados por una acción del… hígado. Eso hace que el corazón acelere su ritmo cardíaco. Por eso su relación con el amor.
Planta. En una antigua ciudad Griega, llamada Cirene, hubo una planta conocida como Silfio, cuya cáscara tenía, aseguran, un gran parecido con la forma que hoy conocemos tiene el corazón. Al Silfio, esta colonia debió su prosperidad. Tenía fines gastronómicos y era usada como tratamiento anticonceptivo. Su símbolo posteriormente fue asociado con el sexo y el amor.
Cuestión de química. Un estudio reciente realizado por la profesora de Bioquímica y Farmacobiología Humana, Gilda Flores Rosales, descifró que el amor se da por una “descarga de hormonas y neuronas”, que sucede a través de la química cerebral, afirmación que la llevó a concluir que el amor es mental y tiene cura.