Durante el siglo pasado la República Dominicana y otros países de América recibieron distintos grupos migratorios de habitantes de naciones europeos y del Medio Oriente, que por motivos políticos o económicos, decidieron abandonar sus países de origen. Se crearon así importantes colonias que han hecho grandes aportes al desarrollo.
En nuestra nación, las colonias española, italiana y sirio-palestinas han sido responsables de gran parte de nuestro desarrollo industrial y comercial. Los negocios de familias inmigrantes establecidas en las avenidas Duarte y Mella y en la calle El Conde han hecho historia y hoy son grandes referentes del desarrollo comercial de la ciudad de Santo Domingo.
Muchos somos descendientes de estos inmigrantes, en mi caso, mis abuelos provinieron de Italia, de España y del Líbano.
Al inicio de la década de los sesenta, las cosas cambiaron. Luego del ajusticiamiento de Trujillo, cuando se permitió a los dominicanos transitar libremente, y en medio de una situación política y económica convulsa, muchos conciudadanos empezaron a emigrar hacia los Estados Unidos y en especial a New York.
La ciudad de New York se convirtió en la segunda ciudad de nuestro país por el número de dominicanos que en ella se han establecido. Hemos llegado a manejar cerca del 90% de las bodegas y estamos presentes ya en áreas importantes del gobierno. Todos recibimos con orgullo el nombramiento de Tomás Pérez, actual secretario de Trabajo norteamericano, quien es hijo de emigrantes dominicanos.
El currículum de Tomás Pérez es impresionante; con mucho esfuerzo logró el título de abogado, sus actuaciones profesionales en apoyo de los hispanos y de los más necesitados lo han convertido en una influyente figura. Antes de su actual designación, fue profesor de la Universidad de Maryland y laboró con el extinto senador Ted Kennedy y con el presidente Bill Clinton. Fue el primer latino en ser nombrado en el Consejo del Condado de Montgomery, el cual luego presidió.
Ciudadanos de muchos otros países latinos han tenido y tienen todavía un gran peso en la nación americana. Sin embargo, a raíz de la crisis del 2009, la situación presentó un cambio importante. El nivel de desempleo alcanzó un 9% y este momento está cercano al 8%. En Europa, la situación económica en España, Portugal, Grecia e Italia es mucho más grave, los niveles de desempleo son altísimos, en España, por ejemplo, es de un 25%. La juventud está desesperada por la falta de empleos. Debido a esto, muchos emigrantes latinos han decidido regresar a sus países de origen. Schumpeter, en un interesante artículo publicado en The Economist, titula el fenómeno del regreso de los emigrantes latinoamericanos como “ The New World”. Por mencionar solo uno, en estos momentos la migración mexicana a los Estados Unidos es cero.
Una juventud preparada, que logró graduarse en diferentes disciplinas y que ahora regresa puede ofrecer interesantes oportunidades de crecimiento y desarrollo.
Es aquí donde visualizo que se presenta en nuestro país una coyuntura que podría contribuir a fortalecer el sector educativo y sacarlo del atraso que por décadas ha gravitado sobre el mismo, fruto de la baja inversión y la falta de planes de largo plazo por parte de nuestros gobiernos; podemos también apoyar a la pequeña empresa con profesionales que traspasen sus experiencias y conocimientos.
La migración que se dio en nuestro país huyendo de la pobreza tiene una deuda que puede ser perfectamente recompensada con esos talentos que ahora no encuentran empleo, consecuencia de la grave crisis económica que se vive en muchos países desarrollados. No perdamos la oportunidad, ni confundamos mi propuesta con la de sustituir dominicanos por extranjeros, la idea es entrenar nuestra mano de obra de forma que seamos más competitivos y que puedan ser mejor remunerados gracias a su capacidad.
Una juventud preparada, que logró graduarse en diferentes disciplinas y que ahora regresa, puede ofrecer interesantes oportunidades de crecimiento y desarrollo.