El fútbol americano es sinónimo del Día de Acción de Gracias en los Estados Unidos. Forma parte de la tradición de juntarse con la familia y los seres queridos a cenar, usualmente, un pavo mientras se da las gracias a Dios por la virtudes y las desdichas, por los que se han ido y por lo que aún quedan alrededor de la mesa, que al final del día, es lo más importante que tenemos en la vida, la familia.
Esa “juntadera” anual para dar gracias se disfruta viendo juegos de fútbol. Los Dallas Cowboys y Detroit Lions tienen más de 40 años formando parte de este tradicional encuentro vespertino. En el 2006, se agregó un juego rotativo para la noche.
Primero, debemos dar gracias por seguir aquí en la tierra, que a pesar de sus problemas, es el mejor sitio conocido para vivir y donde cada día hay más oportunidades.
Pero también, debemos dar gracias por tener la dicha de ver deportes que nos proporcionan alegrías y decepciones que, al final de cuenta, son inconsecuentes.
El deporte, aparte de ser una de las formas más sanas de entretenimiento, es una corta metáfora de la vida, donde se vive el éxtasis de la victoria y la agonía de la derrota, donde el entrenamiento se recompensa en los momentos clave, y donde las cosas no se terminan hasta que el reloj marque 00:00 lo que nos da la perseverancia para reinventarnos o volver a intentarlo, no importa lo avanzado que esté el partido, o la vida.
Los deportes nos enseñan la importancia de la disciplina, la motivación, el trabajo arduo y la confianza en sí mismo. Aparte del crecimiento personal que se obtiene, el deporte es una herramienta social. A través del juego, se aprende a hacer relaciones, a respetar reglas y a jugar honradamente.
Alrededor de la Liga
Houston, Washington y Nueva Inglaterra ganaron el jueves. Los chances de postemporada de Dallas se siguen reduciendo.
Nueva Orleans se ha recuperado ganando 5 de los últimos 6, pero tendrán que irse invictos para asegurar estar jugando en enero.
Predicciones (22-11): Cleveland, Indianápolis y Seattle.