Concluidas las votaciones del domingo el PRD debe abocarse a un proceso de renovación en su dirigencia, según politólogos que apoyaron al expresidente Hipólito Mejía.Pedro Catrain y César Pérez consideran que el Partido Revolucionario Dominicano, que obtuvo 1,911,341 votos (42.13%), pero no logró retornar al poder, debe abocarse a un proceso de renovación de dirección y a la creación de mecanismos que garanticen el relevo generacional de su vieja cúpula, dominada por dirigentes con edades entre 60 y 80 años. El oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), la otra gran organización política, logró 1,711,737 votos (37.73%) y ganó con las alianzas.
Entre los principales dirigentes del PRD figuran el expresidente Hipólito Mejía (71 años), Milagros Ortiz Bosch (75 años), Rafael (Fello) Suberví Bonilla (70 años), el presidente del partido Miguel Vargas Maldonado (62 años), Ivelisse Prast Ramírez de Pérez (80 años), Hugo Tolentino Dipp (81 años), Enmanuel Esquea Guerrero (67 años), José Rafael Abinader (83 años), Tirso Mejía Ricart (75 años), Vicente Sánchez Baret (73 años), Sofía Leonor Sánchez Baret (74 años) y Andrés Bautista García (61 años).
Algunos de los dirigentes más viejos, como Ortiz Bosch, Esquea Guerrero, Tolentino Dipp, Prast de Pérez y Mejía Ricart han actuado como figuras clave en algunos momentos para organizar procesos internos del partido o impulsar cambios en sus reglamentaciones. Estos políticos trabajaron de cerca con el fenecido líder perredeísta José Francisco Peña Gómez, uno de los motores que tuvo la organización en términos ideológicos.
En la actualidad, el PRD mantiene una división clara entre las tendencias que encabezan el expresidente Mejía y el presidente titular de la organización política, Vargas Maldonado.
Catrain, que formó parte del grupo de intelectuales que apoyó al candidato del PRD, considera impostergable una renovación de la cúpula de esa organización. “Evidentemente, el expresidente Mejía tiene una edad que le permite ejercer un liderazgo de arbitraje”.
Insiste en que Mejía “podría ser una figura importante para la nueva fase a la que tiene que abocarse el PRD, auque hay otras figuras importantes, como la de Luis Abinader”. Catrain entiende que el hecho de que el PRD obtuviera la mayor votación, en forma individual, en las urnas el pasado domingo, obliga a que asuma un papel más crítico de apoyo a las demandas sociales de la población dominicana, como el 4% del producto interno bruto (PIB) a la educación.
Considera que en ese proceso, una nueva generación de dirigentes, entre los que cita a Abinader y a Faride Raful, deben jugar un papel que contribuya, al mismo tiempo, a renovar las relaciones del PRD con todas las clases sociales.
En contraposición a la generación de dirigentes con más de 60 años de edad, en la que figuran varios “viejos robles”, en el PRD militan dirigentes más jóvenes que tratan de abrirse paso, como el compañero de boleta del expresidente Mejía, que cuenta con 45 años de edad.
También cuenta entre su membresía con jóvenes como la exaspirante a diputada Faride Raful, los diputados Winston Arnaud, David Collado y Leivin Guerrero. Además, Tony Peña, Eduardo Sanz Lovatón, Geanildad Vásquez.
También, políticos llegados de otras organizaciones, como Víctor Gómez Casanova y Ángel Acosta, ambos provenientes de las filas del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).
Entiende que el partido debe remover a Miguel
Para César Pérez el PRD tiene que pasar necesariamente por remover a su presidente, Miguel Vargas Maldonado, y a su secretario general, Orlando Jorge Mera, debido al comportamiento que exhibieron durante el pasado proceso electoral. Considera díficil que Vargas Maldonado pueda recomponerfuerzas internas en el PRD para buscar la Presidencia. “Miguel tiene que dar cuenta de su comportamiento. Eso (la búsqueda de una postulación presidencial) no va a pasar fácil. Creo que su comportamiento fue deleznable y habría que pasarle fatura. Si el PRD acepta que quien tuvo ese comportamiento siga siendo su presidente, bueno, el PRD no tiene sentido de existencia”.
Sostiene que después de reestructurar su cúpula dirigencial, el PRD debe establecer reglas claras para que a su interior pueda surgir un líder que tenga un perfil de “renovación y capacidad”, de cara a las votaciones de mayo de 2016. También sostiene que la dirigencia del PRD tiene que empeñarse a fondo para resolver sus problemas administrativos como organización, para renovar sus estructuras de dirección, un proceso en el que deben participar los viejos dirigentes del PRD.