Con un nivel de abstención que rondó el 30% en las últimas votaciones presidenciales, los electores renuentes a ejercer el sufragio podrían conformar un segmento atractivo para los partidos políticos en la presente contienda, en la que los dos principales candidatos se llevan escaso margen de diferencia en el favor de la población, según firmas encuestadoras calificadas.La abstención en las votaciones presidenciales de 2004 se sitúo en alrededor de 28% y en las de 2008 en 29%. En los procesos congresuales y municipales el número de personas que deja de acudir a las urnas aumenta. En 2010, cuando el padrón tenía de 6,116,397 votantes, sólo ejercieron el sufragio 3,451,368 personas (56.4%) para elegir a los legisladores y 3,498,006 (equivalente a 57.2%), para escoger a las autoridades municipales, con lo que los niveles de abstención fueron de 43.6% y 42.8%, respectivamente.
La socióloga Rosario Espinal considera difícil que los partidos políticos puedan motivar a los abstencionistas a acudir a las urnas. “Generalmente son personas que se acostumbran a no votar y siempre encontrarán una razón para no hacerlo”, dice. Añade que sólo se reduce un poco su porcentaje, “a veces, cuando surgen candidatos muy novedosos que atraen el favor de un amplio segmento del electorado”.
Espinal entiende que en términos comparativos, la abstención en República Dominicana en elecciones presidenciales “no es tan alta”. Recuerda que se debe tomar en cuenta, sobre todo, que “el voto no es obligatorio y que muchas personas han emigrado y siguen registradas como votantes en el país, no en el exterior”.
Otros analistas políticos también vaticinan que los dominicanos apáticos al voto no cambiarán de parecer. El propio presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Roberto Rosario, estima que el nivel de abstención se mantendrá en alrededor de 30%. “He calculado que la votación no será menor de un 70%. Es el promedio de los últimos tres procesos presidenciales, que en el país rondan entre un 65 a un 70 por ciento”, ha dicho.
Rosario ha apuntado además que existen electores que se abstienen por diversas razones. Sostiene que muchos lo hacen por apatía, pero otros sencillamente residen en el exterior y para ejercer el voto deben registrarse, un procedimiento que con frecuencia no agotan y, por tanto, no pueden sufragar.
Movimientos
El politólogo Belarminio Ramírez entiende que los niveles de abstención todavía no se deben considerar un peligro para el mantenimiento del sistema de partido. “El índice de abstención en República Dominicana es inferior al de casi todos los países de América Latina. No hay que preocuparse en un sistema político y electoral donde vote el 70% de la población. Esa es una participación récord. Inclusive en Estados Unidos, que es la democracia modelo del mundo, nunca ha votado el 80% de la población. O sea, que la abstención aquí no es ni problema, ni preocupación, ni amenaza para el sistema democrático”, dice.
Resalta el hecho de que incluso en estos momentos en el país no existen, como en la época de la guerra fría y de los grandes caudillos, partidos de izquierda y líderes políticos opuestos al sistema, que mantengan un discurso de llamar a la población a no votar como forma de resistencia.
Sin embargo, ya surgen algunas señales. El abogado José Luis Morillo y un grupo de jóvenes empezaron hace una semana a promover en las redes sociales el movimiento “¿Por qué votar?”, con el cual llaman a no acudir a las urnas. “Participamos en la iniciativa que promovió el voto por Ninguno y ahora decidimos llamar a la reflexión ante la falta de legalidad, el irrespeto a la institucionalidad y el control de todos los poderes del Estado por parte del Gobierno”, dice.
Añade que los jóvenes de su movimiento decidieron no votar con una JCE que, según afirman, “responde directamente al partido de Gobierno”. Además, cuestionan el accionar de los partidos de la Liberación Dominicana (PLD) y Revolucionario Dominicano (PRD), así como a los alternativos, a cuyos integrantes acusan de asumir la misma práctica clientelar que los dos mayoritarios.
También el pastor evangélico Domingo Paulino Moya cuestiona a los partidos emergentes y llama a la población, en especial a sus feligreses, a votar en blanco. Mientras, el cantautor Víctor Víctor, una de las cabezas del movimiento “Ninguno”, que promovió el voto nulo en las elecciones de 2010, empezó una campaña a través del Twitter denominada “Voto Chiquito”. “Promovemos la tendencia a votar por los partidos alternativos para obligar a una segunda vuelta electoral y hacerles ver a los partidos grandes que no son dueños de nosotros”, dice.
Visión de analistas
Rosario Espinal
Socióloga
“Imagino que el nivel de abstención en el 2012 se mantendrá similar a elecciones anteriores recientes. Serán unas elecciones polarizadas, y eso motiva a la participación. Para los que no se adhieren a los dos partidos principales, hay varias opciones minoritarias. Pero es difícil convencer a los abstencionistas de que voten”.
Belarminio Ramírez
Politólogo
“La abstención electoral se ha reducido considerablemente. En 1990 fue casi de la mitad de los votantes. En el 90, con Balaguer, Bosch y Peña Gómez como candidatos. La gran sorpresa para los cientistas políticos fue que después de la muerte de los caudillos ilustrados la abstención comenzara a reducirse. Esa es una cuestión que está pendiente de estudio”.
Ramón Tejada Holguín
Sociólogo
“Luego del establecimiento de la doble vuelta la abstención electoral en el país ha ido en aumento. Pasó de 22.37, en la primera vuelta electoral del 1996, a 23.51 en la segunda, a 23.85% en el 2000, a 27.16% en el 2004 y 29.97% para 2008. Digamos que se observa un crecimiento vegetativo de la abstención de cerca de dos puntos entre cada elección”.