La Policía Científica: un eslabón clave para dar con criminales

Así como ocurre en la popular serie estadounidense CSI, los agentes de la Policía Científica dominicana se dedican a recolectar toda la evidencia de un crimen y posteriormente, analizar esas pruebas para arrojar luz sobre cómo pudo haber ocurrido.&#82

Así como ocurre en la popular serie estadounidense CSI, los agentes de la Policía Científica dominicana se dedican a recolectar toda la evidencia de un crimen y posteriormente, analizar esas pruebas para arrojar luz sobre cómo pudo haber ocurrido. Pero no todo es tan entretenido y atractivo como lo muestran los programas de televisión.

Entre homicidios, robos, violaciones sexuales, secuestros, incendios, explosiones, crímenes cibernéticos y otros delitos, esta Subdirección Central de Investigación de Policía Científica procesa aproximadamente el 95% de los crímenes que ocurren en el país.

El director de esta Subdirección, Héctor J. Díaz, comenta entre risas la exageración con la que el espectador ve en esos programas televisivos y la labor que diariamente su equipo realiza. “Muchas cosas sí las hacemos y usted las ve en estas películas… claro no con la celeridad que ellos muestran ni con ese pensamiento tan brillante, pero las cosas en realidad no son así. Hay que verse en la escena de un crimen y vivir la presión que genera. Verlo en la televisión es muy bonito”, destaca el coronel.

La Policía Científica es parte de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (Dicrim) de la Policía Nacional (PN) y en su funcionamiento cuenta con dos “ingredientes” esenciales: el técnico y científico.

Los técnicos de este departamento se encargan de recolectar la evidencia. En todo el país, la Policía Científica cuenta con personal para registrar todo acto delictivo y enviar esas pruebas a la sede de la entidad, desde donde inicia un segundo proceso: análisis científico de las pruebas. “Básicamente una parte técnica colecta y protege la evidencia para que no se contamine y la otra analiza (esas evidencias) para asociar las personas a los eventos”, resume Díaz.

Este análisis de las evidencias se realiza en el laboratorio central de la Policía Científica, uno de los tantos locales que componen el Palacio de la Policía Nacional, donde encontrará también –e incluso- un salón de belleza y una panadería.

Pero antes de este segundo proceso, donde recaen responsabilidades como detectar, si ubicamos un ejemplo, cuál arma policial acabó con la vida de un “delincuente”, los técnicos agotan una serie de procedimientos para proteger la escena, procesarla y enviarla al laboratorio.

La escena del crimen

Héctor J. Díaz describe cómo la presión de trabajo se convierte en un hábito para su personal, y más cuando cuentan con ciertas características. Cómo ocurre un crimen, las manos que podrían estar involucradas y hasta el lugar dónde pasó son elementos que influyen en las emociones de un agente en medio de una tragedia. “Esa presión de la que te hablo tiene que ver con la cantidad de las víctimas y el lugar donde se dé. Si sucede en la vía pública causa mucha presión porque hay muchos curiosos que pueden dañar el escenario, quieren ver quién es el muerto y cómo lo mataron”, apunta Díaz.

Él recuerda casos particulares de asesinatos múltiples como el caso Paya, donde hubo siete colombianos asesinados (2008) y las muertes relacionadas con el narcotraficante Figueroa Agosto (2010).

Preparación y equipamiento

En un país con tantas limitaciones y con una PN tan cuestionada, saltan las dudas sobre cómo este personal, responsable en buena medida de arrojar las pistas que den con un criminal, se capacita y los equipos con los que cuentan.
El director de Policía Científica explica que esta dependencia del Dicrim tiene 130 empleados, de los cuales 50 laboran en la sede. Y son muchos los que han recibido entrenamiento en el exterior.

“Tengo personal aquí que se han adiestrado en Estados Unidos, Corea, Taiwán, Francia, España, Nicaragua, Colombia, México, Chile… Y en todas las áreas: balística, procesamiento de escena, documentoscopía, explosivos e incendio”.

Otros han sido adiestrados por expertos internacionales que viajan al país.
Díaz destaca que República Dominicana cuenta con modernas máquinas que posibilitan la labor de todo el laboratorio, aunque reconoce la falta de otros tantos, como un aparato automatizado para identificar huellas dactilares.

Mientras tanto, usted puede observar a los agentes con lupas analizando sobre el papel las características de una huella que, posteriormente, se identificaría en una escena del crimen. “Ese aparato está en camino”, recalca el coronel.

“Cuando adquirimos un equipo también se adquiere el adiestramiento… Esa es una forma de preparar al personal nuestro y ver que es posible hacer las cosas que se ven en CSI y NCIS, aunque hay que tomar en cuenta que esas proyecciones cinematográficas son bastantes exageradas”, dice Héctor J. Díaz. “No nos igualamos con CSI, pero tenemos las herramientas suficientes para resolver cualquier cosa que suceda en el país”.

¿Cómo está dividida la Policía Científica?

Díaz explica que la Policía Científica tiene seis departamentos: Criminalística de Campo, encargado de procesar todas las escenas de crímenes; Técnicas Forenses de laboratorio, donde se analizan los fluidos corporales (sangre y semen); el Departamento de Siniestros , se investigan los incendios y explosiones; el Archivo Central de Investigación, responsable de registros policiales de sospechosos en un crimen y el Departamento de Investigación de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología (Dicat). Por último y posiblemente  el más trascendente está la Criminalística Técnica, en cuya sección está la balística forense, dactiloscopia y documentoscopía, encargadas de analizar las balas, huellas dactilares y documentos, respectivamente, y la sección de Identificación de Vehículos.

Registro de la escena del crimen, paso a paso

1. Observación del lugar: los agentes ven el escenario, el tipo de evidencias que hay y hacen un plan de trabajo para actuar.
2. Justificación o documentación: Es cuando se “fija” la evidencia, es decir, se hacen fotografías, dibujos y se toman anotaciones del lugar.
3. Recolección de evidencia: Esto conlleva guardar las pruebas herméticamente y etiquetarlas.
4. Envío de las pruebas: Estas llegan a la Policía Científica durante los fines de semana, a excepción de los casos con premura.

Alcance
En cada crimen, sus agentes analizan la escena y luego envían las evidencias al laboratorio donde será estudiado.

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