El PLD debe girar a centroizquierda para no correr el riesgo de perder el poder y para acercarse a su segundo objetivo fundacional, que lo es garantizar el ejercicio de los derechos.
Hablar de posiciones ideológicas resulta extraño cuando hasta hubo quien anunció el fin de las ideologías. Sin embargo, es la manera más sencilla de hablar de toma de posiciones. Las ideologías parten de una premisa básica y es la relación de la organización política con la estructura económica de la sociedad.
La derecha hace descansar en el sector privado todos los beneficios que genera el Producto Interno Bruto (PIB); los servicios públicos los sirven como actividad comercial y el Estado solo garantiza la convivencia ciudadana y la seguridad jurídica. El Estado, manejado así, crea enormes desigualdades. La posición de centroizquierda, en cambio, garantiza los derechos ciudadanos, procurando que el Estado reciba las apropiaciones presupuestales a través de recaudaciones fiscales.
La izquierda, a su vez, descansa en el Estado para generar riquezas y excluye la participación del sector privado.
El PLD ha creado un sorprendente crecimiento económico con admirable estabilidad macroeconómica, a pesar de la crisis del 2002-2004 y la mundial a partir del 2008. El manejo del PLD está reconocido por organismos internacionales como el PNUD, el FMI, el BID y más recientemente la Cepal (“Estadísticas tributarias de América Latina”, 2014) y el Banco Mundial (“Cuando la Prosperidad no es Compartida”, enero 2014). Pero si el PLD se queda en esa posición en nada se diferencia de un partido de derecha. Procede dar el paso más importante y es hacerle la guerra a la desigualdad, sin afectar la estabilidad macroeconómica y el crecimiento sostenido. A esos fines debe acercarse a grupos económicos líderes para acuerdos estratégicos.
Es fácil de hacerlo porque los empresarios dominicanos se organizan en el Consejo Nacional de Empresas Privadas (Conep) y están capitaneados económicamente por siete grupos de grandes capitales, los cuales han dejado atrás el modo de producción oligárquico; esos grupos son: Grupo Corripio, Grupo Vicini, Grupo Popular, Grupo Bonetti, Grupo E. León Jimenes, Grupo Rizek y Grupo Estrella; lógico, además de ellos, están las empresas integradas a Conep.
El PLD debe definir los temas para dar, de entrada, este paso y de mi parte adelanto los siguientes: 1- energía y agua potable; 2- seguridad ciudadana; 3- salud; 4- pobreza, en especial empleo, seguridad alimentaria y vivienda; y, 5- educación preuniversitaria y universitaria de calidad.
A esos fines, se requiere incrementar la presión tributaria, por lo que es válido aquello expresado por el Banco Mundial de que desmontando las exenciones obtendríamos 5.9%, que sumado al 15% del PIB actual, se sitúa en el promedio de América Latina que es de 20.7%.
Los acuerdos sobre estos temas deben quedar incluidos en el pacto fiscal, que de aprobarse ahora, como ha dicho el Ministro Administrativo de la Presidencia, para ejecutarse en el próximo mandato presidencial, en el PLD es competencia del Comité Político. El giro a centroizquierda del PLD es lanzar a la sociedad a un proceso hacia el desarrollo integral y en equidad; si el PLD lo hace, en el segundo centenario de la Independencia Nacional estará aún gobernando. l