Santiago. Dirigentes comunitarios y otros sectores del barrio Cienfuegos marcharon ayer para reclamar a las autoridades motivar planes preventivos para detener la criminalidad, la delincuencia y otros hechos de violencia.
Los moradores de los sectores del noroeste de Santiago aprovecharon el Día Mundial de la Paz, además de ser este de la Biblia, para llamar a la paz.
Alegan que los verdaderos cambios de la sociedad deben ir aunados con la dirección divina y los esfuerzos de las autoridades que se han elegido para hacer que garanticen la seguridad ciudadana.
Con pancartas y cantos, se manifestaron organizaciones civiles, colegios y escuelas de Cienfuegos para decirle al país y sobre todo a las autoridades, que ya está bueno de tanta violencia.
Los promotores de la actividad por la paz manifestaron que los sucesos trágicos que acontecen diariamente enlutan a hijos e hijas, quienes quedan en la orfandad, convirtiéndolos en entes vulnerables a los vicios como las drogas, el alcohol, el tabaquismo y otros males que afectan los hogares.
En efecto, los datos dan cuenta de que en lo que va de año han ocurrido más de 136 asesinatos, de los cuales el 36 por ciento corresponde a la provincia de Santiago y de este 36, el 90 por ciento ha sido feminicidios, según datos recogidos por el pastor Pablo Ureña, director del programa “Niños y Ñiñas con una Esperanza” y convocantes de la actividad.
El predicador dijo que para lograr vivir en paz es necesario que se trabaje la violencia y la delincuencia desde la base que la genera, y no solo trabajar en la persecución de los hechos. Abogó por planes para la creación de empleos, ya que según afirmó parte de estos problemas devienen de la falta de oportunidades para los jóvenes.
Contra la corrupción
“Hay que enfrentar vigorosamente la corrupción, la impunidad, el clientelismo político, el desempleo, el hambre, aumentar el sueldo a policías y sacar a aquellos que han manchado la institucionalidad, de manera que se promueva la paz y la seguridad social en toda la población”, propuso el pastor Pablo Ureña.
El año pasado en Santiago ocurrieron 256 homicidios de los 2,472 que sucedieron en todo el país. En 2010 hubo una tasa de 20.74 homicidios por cada cien mil habitantes, según la Procuraduría.