El Comité Permanente 9 de Febrero del 1966 pidió al Congreso que convierta en ley el proyecto que declara el 9 de febrero como “Día Nacional de la Solidaridad Estudiantil”.Los miembros de la entidad Benito Fernández, Marino Santana y Juan Vargas manifestaron que es importante que las organizaciones conmemoren este día como fecha patriótica, con la finalidad de que los estudiantes de los niveles secundario y universitario puedan conocer lo que significó y significa el sacrificio de la sangre derramada en aquella fecha.
En visita a elCaribe, los integrantes de esta organización enfatizaron en que la lucha del 9 de febrero no debe olvidarse, porque marcó un hito en la historia del pueblo dominicano, donde cuatro jóvenes perdieron la vida y otros dos quedaron incapacitados por el bien común y la democratización de la educación dominicana.
“La democratización de la enseñanza fue un componente importante porque las antiguas universidades querían impedir el ascenso de los estudiantes de escasos recursos del país. Ese día fuimos salvajemente ametrallados; aquello parecía un campo de batalla, donde un ejército se enfrentaba a otro”, relató Fernández mientras recordaba.
De su lado, bajo la consigna de que no se repita, Vargas saludó las libertades de que gozan los estudiantes de la época, libertad que a ellos les costó mucha sangre y mucho sacrificio.
El sobreviviente de aquella batalla resaltó la democracia que vive la República Dominicana; democracia, que según dijo, es producto de los compañeros que se quedaron en el camino. Sostuvo que la juventud de ahora no sabe el precio que se pagó por la democracia que predomina en estos tiempos, sin embargo, aclaró que no viven del pasado, sino que anhelan que el pueblo tenga memoria y no se repita un hecho como este en la historia dominicana.
Manifestó que a 47 años de aquel 9 de febrero, la lucha continúa a favor de la educación, por la defensa del medio ambiente y la libertad. Asimismo, criticó el proceso de descomposición social que vive el país, agravado por la ineptitud y la complicidad de la clase política, donde la violencia, la delincuencia y el crimen organizado son dueños de las noches de la nación. Abogaron por políticas de Estado eficaces en beneficio de los jóvenes del país.