Según el portal “en el 2014 este brote se convirtió en una epidemia, atacando ciudados de todo el globo terráqueo. Esta vez llegó a los barrios marginales de hacinamiento en Liberia, Guinea y Sierra Leona; viajó a Nigeria y Malí, a España, Alemania y los EEUU. Golpeó a los médicos y enfermeras en números sin precedentes, acabando con una infraestructura de salud pública, que era débil en el primer lugar. Un día de agosto en Liberia, seis mujeres embarazadas perdieron a sus bebés cuando los hospitales no podían admitirlos de complicaciones. Cualquiera que esté dispuesto a tratar a las víctimas de Ébola corría el riesgo de convertirse en uno”.
Los médicos y trabajadores de la salud han arriesgado sus vidas para cuidar a los afectados con un virus que ha matado a más de 6.000 personas este año.
El brote se ha limitado principalmente a tres países de África Occidental – Guinea, Sierra Leona y Liberia – y trabajadores de la salud se han enfrentado a un estigma de otros que les temen porque han estado tan cerca de la enfermedad.
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