El periodismo tradicional y el “moderno” ya parecen estar definidos. Eres tradicional o eres moderno, y eso nadie sabe quien lo decide, pues el tratamiento general de la información son iguales en ambos casos; el Internet lo define. Toda transformación en los medios de comunicación está obligada a contar con la Red, y los “likes” y reenvíos parecen ser los parámetros para conocer al buen o al mal periodista.
Además de los periodistas están todos los usuarios de Internet. Cualquiera puede dar su versión dentro de una red que lleva a sitios imposibles hasta hace muy poco. Contrario a lo que pueda parecer, la facilidad que tenemos todos de hacernos oír o leer, no cambia el periodismo en su esencia; cambian los periódicos y medios como negocio y fuente de poder político para sus propietarios. El periodismo es algo más que soltar información para que llegue a todos; siempre ha sido algo más. Un periódico alberga a muchos, profesionales o no, de diversas áreas entre sus colaboradores, pero necesariamente deberá estar dirigido por profesionales del periodismo para moldear y presentar el producto como lo que debe ser.
Dice M.A. Bastenier sobre los periodistas que “…se puede ser institucional, es decir, jefe o encargado de prensa de alguna entidad pública, ocupación tan respetable como la que más, o periodista, pero no ambas cosas a la vez. Un responsable de información de un ministerio…no tiene por misión informar a la Prensa, sino atender a las necesidades y objetivos de su jefe, lo que está frecuentemente reñido con el ejercicio de la profesión”. Lo mismo se puede decir para las “Agencias de comunicación” que no comunican, hacen publicidad.
Hacer periodismo en la era del Internet se está convirtiendo en algo muy difícil, porque los medios, como negocio, están en su momento de innovar o morir, y ésta será segura si prescinden de periodistas y se dejan llevar por los “e-reporteros” que han demostrado ser más manipuladores que los profesionales. De ahí que los periodistas son quienes deben introducir en los medios los contenidos informativos, única forma de garantizar la calidad, veracidad y objetividad en la información.
Todo el periodismo, el escrito como el de los medios audiovisuales, está cambiando y ya era tiempo de que cambiara. No hay respuestas simples, de esas de conferencistas gurús en comunicación. Sólo los periodistas de verdad seguirán siéndolo y sabrán cómo afrontar el reto. En RD el declive y saturación del periodismo de TV matutina es una realidad, y el de radio mañanero llegó a degenerar en la cloaca que construyó una pandilla que quiso ser gobierno en la mañana y sólo quedaron siendo buscones de baja calaña.