Transcurridos 19 años de la muerte a destiempo de José Francisco Peña Gómez, querido por unos y adversado por otros, justo recordarle como ejemplo de espíritu de superación (Nació en la absoluta pobreza, sorteó todo tipo de obstáculos y devino gran líder de masas) y de político honrado, al morir sin fortuna. Su muerte marcó el inicio de la desaparición de la vieja generación de líderes políticos. Poco después se fueron también los otros dos grandes líderes históricos: Juan Bosch y Joaquín Balaguer. Su adorado Partido Revolucionario Dominicano, entretanto, no solo se dividió de nuevo, sino que dejó de ser la principal fuerza política y se alió al oficialista Partido de la Liberación Dominicana, antiguo enconado enemigo. Fin de un ciclo histórico.