Afectada por un episodio gripal, debí parar el tren durante dos días. Me sentí frustrada ante más cúmulo de tareas pero positivamente recapacité. No me quedaba otra más que asumir el momento tal cual, me relajé y entregué al descanso; luego afrontaría los pendientes. A veces la vital pausa que no hacemos por propia iniciativa, corriendo tras la vida, se impone de una u otra forma y deja la enseñanza de que nada es más importante que nuestra paz y salud. Como dijo Douglas Rushkoff, académico de la Universidad de Nueva York, brillante analista de la sociedad digital: “Cuando las cosas comienzan de forma acelerada a estar fuera de control, a veces la paciencia es la única respuesta. Presiona pausa”.
En pausa
Afectada por un episodio gripal, debí parar el tren durante dos días. Me sentí frustrada ante más cúmulo de tareas pero positivamente recapacité. No me quedaba otra más que asumir el momento tal cual, me relajé y entregué al descanso; luego…