La crisis en que se desenvuelven los principales partidos políticos dominicanos es parte de la crisis general y el deterioro institucional del sistema democrático y financiero mundial. La combinación del caos financiero y la presión sobre el sistema de partidos vendrá precedida por la fragmentación de la oposición política.
En USA son ya notorias las divisiones intra-partidos. El Tea Party entre los republicanos es un ejemplo y en Europa, la población está optando por tirarse a la calle, sin partidos, pero con algo en común: se sienten engañados y están hartos. Según todo parece, el mundo está afrontando cambios fundamentales.
Es que la poca calidad de los liderazgos políticos y la corrupción generalizada han ido de la mano en los últimos años. Los supuestos líderes y presidenticos no han sido más que productos de marketing o de coyunturas particulares para cortar el paso a otros. Los partidos políticos no han hecho más que destriparse internamente, entre sus propios grupos de intereses particulares. Los problemas de la sociedad no son problemas de ellos; ellos están en lo suyo, en ver cómo agarrar el poder y alzarse con el botín.
Los partidos, como movimientos políticos y sociales de amplio espectro que intentaban representar, desde la izquierda hasta la derecha, a vastos sectores políticos y sociales, están en extinción. Están sin ideologías definidas y actúan puramente en función a estrategias clientelistas e intereses inmediatos de su cuerpo directivo. La muerte de las ideologías es cosa cierta y es noticia devastadora porque con ello se lleva de paso gran parte de los valores que creíamos tener arraigados.
Ante el menudeo de partidos políticos en nuestro país se aprobó la posibilidad de segunda vuelta electoral en base a criterios de representatividad real, pero lo que ha resultado es la desnaturalización total de la idea originaria; con ello se abrió el mercadillo de los movimientos y partiditos hechos ad hoc para negociar la segunda vuelta. Nos encontramos con que partidos sin mayoría real
son los que gobiernan por las alianzas bochornosas y anti-natura, dando engendros como: Vincho-Fidel Mejía-Wessin Chávez-Leonel Fernández-Amable Aristy, Rogelio Genao y Felipa Gómez, juntos en un cambalache.
Y de esas alianzas “progresistas y patrióticas” es que salen combinaciones de funcionarios wikilikiados como: feluchos, Vanderhorst o el inefable Céssspedesssss u otros casi peores: félix bautistas, peña guabas, alejandrinas germanes, roberto salcedos, radhamés seguras o euclides gutiérrez. Con engendros así sólo ganan ellos y perdemos todos.
El peso del saqueo patrimonial con el consiguiente deterioro institucional es el resultado del nefasto “dejar hacer, dejar pasar”. Hemos creado como cuerpo directivo de la nación a un monstruo que ahora se está comiendo sus propias entrañas y con ellas a todos nosotros.
Fernando Casanova es abogado