Todos tenemos nuestras temporadas difíciles, esas que ponen a prueba nuestra fortaleza, nuestra integridad, nuestra fe y hasta nuestros amigos. Pueden ser tan duras, que si no tienes un perro, podrías quedarte sin alguien con quien hablar o llorar. No todos están dispuestos a quedarse y escuchar nuestras miserias, a compartir nuestros problemas. En un momento dado hasta los hombres más grandes se ven empequeñecidos por la soledad. Por ello, para algunos, la única razón por la que parece que sobrevivir en este mundo vale la pena, es porque todavía hay personas que aman de verdad, intensa y profundamente, en todo tiempo y pase lo que pase. Ellos son el palpitar de nuestro mundo… Porque para ellos las situaciones no son más importantes que las relaciones.
Palpitantes…
Todos tenemos nuestras temporadas difíciles, esas que ponen a prueba nuestra fortaleza, nuestra integridad, nuestra fe y hasta nuestros amigos. Pueden ser tan duras, que si no tienes un perro, podrías quedarte sin alguien con quien hablar o llorar.̷