Padre emprendedor, hijo rico, nieto pobre

Siempre se ha dicho que las fortunas o empresas familiares se van a pique con la tercera generación. Parece que es así porque según la Price & Waterhouse el 65% de las empresas familiares en Latinoamérica quiebran o se tien

Siempre se ha dicho que las fortunas o empresas familiares se van a pique con la tercera generación. Parece que es así porque según la Price & Waterhouse el 65% de las empresas familiares en Latinoamérica quiebran o se tienen que desintegrar.Si a eso le añadimos que el 90% de las empresas latinoamericanas son familiares, tenemos un marco empresarial en América Latina nada estable, y lo peor, un círculo vicioso que lleva a la desintegración de las riquezas nacionales debido a conflictos entre familias, las dueñas del 65% del PIB en nuestra América Latina.

Estas informaciones fueron parte de la conferencia que la Cámara Española de Comercio en RD junto al bufete de abogados Alma & Ramos dieron sobre el tema de la organización patrimonial en la empresa familiar.

Al ver esos porcentajes y la incidencia que tiene el problema en nuestras economías no nos queda más que preguntarnos ¿Pero si eso es así, por qué no se le da más importancia a su solución? El hecho de que se haya organizado esa conferencia ya es un punto a favor para los de la Cámara de Comercio Española.

La nueva ley sobre fideicomiso, 189-11, ha sido pensada para que las empresas familiares puedan abordar el tema de la sucesión por muerte o incapacidad de los creadores o emprendedores de esos negocios familiares, que con el tiempo llegan a convertirse en importantes empresas y, a veces, hasta grandes corporaciones regionales. Y no solamente está el problema de la muerte o la incapacidad, sino también el de los divorcios, enemistades intrafamiliares o recelos profesionales en la dirección de las empresas.

Nuestro país, al igual que la región latinoamericana, tiene una estructura empresarial basada en esos negocios familiares, en empleos estatales y, en una pequeñísima y débil red de microempresas. Ese cóctel crea sociedades inestables, patriarcales y de poca proyección para las nuevas generaciones de egresados universitarios. Por eso es tan importante el que se aborde el tema del fideicomiso desde lo legal, impositivo y social.

A lo largo de estas eternas crisis económicas y sociales, nos preguntamos si al deterioro del sistema social y económico, cultural y político, no corresponde también un empeoramiento en la calidad de las personas. En el devenir de la vida unos creen que es la sociedad quien decide el valor de los individuos, y otros que son los individuos quienes marcan a la sociedad. En cualquiera de las formas en que se enfoquen estos problemas sale a relucir lo frágil de las relaciones familiares cuando hay negocios de por medio, y sobre todo cuando llega la tercera generación, acompañada de sus familias políticas.

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