Parece que la ciudadanía ha decidido no transformarse en masa. El ciudadano individual está prevaleciendo a pesar de que cada vez es menos ciudadano. Aquellos actos multitudinarios de los años 70 y 80 son manifestaciones objeto de estudios de sociólogos y hasta de psicólogos; porque ya no existen más en la República Dominicana. ¿Por qué la gente no se manifiesta en las calles cuando existen motivos más que suficientes para hacerlo? ¿Acaso no se está narigoneando de la forma más soez a la población, a los votantes y a las instituciones? Los pactos de aposentos, de restaurantes, de corbatas azules, de comités políticos o comités centrales han suplantado y secuestrado la voluntad popular y la institucionalidad de una república en aparente estado de descomposición.
Miguel Vargas, Amable Aristy, Leonel Fernández, Peña Guaba o Gustavo Montalvo y Danilo Medina son quienes deciden el destino del país con el Presupuesto Nacional como marco de fondo y pesos inorgánicos buscando fondos verdes. Lo llaman Democracia y no lo es; lo llaman política y no lo es; lo llaman Estado de Derechos y no lo es. Es una falsa basada en pactos deshonrosos.
De “El pueblo unido jamás será vencido” al “voten honorables, voten…” se ha tenido que pasar por una cadena de pactos de albañales que a veces han entrampado a sus mismos creadores, como es el caso del aquelarre en Juan Dolio donde destutanaron al agente falso de la modernidad. La vacuidad de “La izquierda” y la cobardía de “La Derecha” nos han dejado mancos, como a Cachafú. Una ola de clase media baja que hizo trincheras en la UASD, y algún que otro sindicato, enarbolando las palabras “Liberación” “Solidaridad” y “Servir al Partido para servir al Pueblo” se ha convertido en una corporación ávida de dólares, prebendas y honores comprados.
El laborantismo, con los pactos de las últimas semanas, mostrado por el equipo de gobierno, por la falsa oposición y por los avivatos de siempre están arrastrando hasta el camino de derrota que lleva nuestra nación. Así las cosas, lo que se puede no está del todo claro e incluso puede que no tenga futuro, aunque sea legal. ¿Voto de castigo? Parecería ser la nueva manifestación que suplantaría las manifestaciones multitudinarias de otras épocas. ¿Pero voto de castigo a favor de quién? Acaso no se castigó una vez a Balaguer y al PRD cuando se votó por el PLD y ya ven lo que trajo ese barco. ¿Voto en blanco? ¿Un coronel que se case con la gloria?. Estamos mal para la foto y el fotógrafo no sabe aplicar photoshop o no quiere porque ya eso lo usan los candidatos en sus afiches.