Una hora antes de iniciar la reunión del Comité Político, el pasado martes 5 de julio, se reunieron en el mismo local el Dr. Fernández, presidente del Partido, y el Lic. Medina, presidente de la República.
Al término de su reunión llamaron al secretario general, Dr. Reinaldo Pared, para que él presentara el acuerdo a que habían llegado.
Efectivamente, pasaron al salón donde se reúne el pleno del CP, en la Casa Presidencial, y el presidente del Partido dio inicio a la reunión anunciando los puntos de agenda e invitando a los miembros a sugerir los suyos; era una reunión ordinaria y la agenda es abierta. Se definieron 6 puntos y, oídos los informes, el presidente del Partido invitó al secretario general para que diera a conocer lo pactado entre él y el presidente Medina; sometiendo a la consideración de los miembros.
Hechas las ponderaciones pertinentes y concluido los debates, la presidencia del Partido, con atribución para presidir el Comité Político, sometió a la aprobación la propuesta pactada, siendo aprobada a unanimidad por convencimiento de los 33 miembros presentes; es decir, de consenso.
Como se sabe, los bloques de senadores y diputados deberán votar por el Dr. Reinaldo Pared Pérez y Yomaira Medina, respectivamente, para presidir ambos hemiciclos. Para los tres años subsiguientes se aprobó para presidir a los diputados, para 2017 a Rubén Maldonado, para 2018 a Radhamés Camacho y para 2019 a Demóstenes Martínez. En relación al Senado, se les dio mandato a ambos presidentes para que en los tres años sucesivos propongan al CP los presidentes de los senadores.
Evidentemente, se trata de un pacto interno que respeta el equilibrio, la alternancia y la gobernabilidad partidaria y de los organismos del Estado donde tiene representación el Partido. Y es necesario destacar que se trata de un pacto que define los roles del Partido y del Estado.
En el PLD se considera que el Estado es competencia única del presidente de la República. Por esta razón el CP favorece que el primer año de su segundo mandato, el presidente de la República, sugiera con cuáles compañeros (senador y diputado) se siente cómodo para que presidan ambas cámaras.
Lo relevante en esta ocasión es que la fórmula respeta el equilibrio interno y garantiza la alternabilidad. Mucho más, es un pacto, homologado por el CP que implica facilitar y ordenar el apoyo a las políticas de Estado a ser propuestas al Congreso por el presidente de la República.
Asimismo, y tan importante como lo explicado, fue la propuesta de los dos presidentes de que se asuman los temas partidarios, cuando se crearon tres comisiones; una para lo relativo a la Ley de Partidos y Ley Electoral, otra para la aplicación de las resoluciones del VIII Congreso y la modernización del Partido, y la tercera para establecer responsabilidades disciplinarias por los actos de traición en el proceso electoral.
Todo lo pactado define una ruta política, contraria a los pronósticos de comentaristas que apostaban a una hecatombe partidaria e institucional. Se reafirma la confianza para que el jefe de Estado se sienta cómodo y sin incertidumbre, y el presidente del Partido asumiendo los temas partidarios necesarios.
El pacto partidario asegura respeto, gobernabilidad e institucionalidad en el cumplimiento del mandato concedido por el voto popular al PLD. l