El artista español Pablo Alborán es puro romanticismo, dinamismo e intensidad. Eso le valió la receptividad del público dominicano que disfrutó de su concierto en el Anfiteatro Nuryn Sanlley.
Ni siquiera el cantautor, quien en varios momentos tapaba sus ojos con sus manos y apretaba su boca, creía lo que allí estaba pasando. Miraba al público emocionado que le escuchaba cantar atentamente, mientras interpretaba y reía de la emoción.
Recorrió entre saltos cada milímetro del escenario y puso a trotar a casi todos sus asistentes. Sí, el mismo artista que interpreta baladas pop románticas logró que sus invitados saltaran y bailaran de emoción.
Para su sorpresa, el concierto estuvo integrado por una población joven que se mezclaba con la adulta, esta última también tarareaba al dedillo cada estrofa interpretada y no perdía de vista los movimientos que realizaba este joven cantautor que ha alcanzado el estrellato con cuatro álbumes de estudio y ha sido nominado en cuatro ocasiones a los premios Grammy Latino.
Los finos acordes de una guitarra que parecía tener alma, combinada con la penetrante voz de un joven que años atrás buscaba un espacio en la música, dimensionaron el concierto “Terral”, desde que se asomó al escenario y logró al unísono que la mayoría de los presentes gritaran su nombre en repetidas ocasiones.
Un artista querido en RD
Desde que el artista abrió su show con canciones como “Está permitido”, “Paso de cero”, “La escalera”, “Ecos” y “Desencuentro”, entre otros temas, la noche se fue tornando más intensa, avivada por cientos de fanáticos, incluido su club de fans, que alzaban pancartas con expresiones cariñosas, gritaban o lanzaban continuamente objetos y flores rojas sobre el escenario que Alborán hizo vibrar cantando y bailando.
“Soy vuestro para siempre República Dominicana”, dijo, para luego continuar agradeciendo y haciendo uso de su selectivo repertorio. “Tengo la suerte de saber quién me quiere y no me quiere, de saber que existe un lugar donde se puede volver. Quien dice que los sueños no se cumplen que me diga cómo puedo yo esta noche estar en República Dominicana”, vociferó a todo pulmón.
Mientras, la frase “Pablo te amo” aumentaban su pulso y cobraba sentido ante la sencillez de un artista que en todo momento estuvo dispuesto a hacer pasar una noche inolvidable, el malagueño respondía “el amor está aquí en Santo Domingo”.
Pero su ovación mayor, la cual se expandía hacia las periferias del Parque Iberoamericano, ubicado en la avenida Bolívar, entre Alma Mater y César Nicolás Penson, se propagó con intensidad cuando el cantante sacó la bandera dominicana y luego de elevarla se la colocó sobre el cuello para besar el suelo criollo segundos antes de marcharse.
“Quien”, “Solamente tú”, “Gracias” y “Despídete” fueron los temas más acogidos durante la velada de Alborán que llegó al país bajo la producción del empresario artístico César Suárez Pizano. l alexandra santana
Calidad y buena música sobre el escenario
Durante el espectáculo, Pablo Alborán amenizó su show tocando los tambores y haciendo gala de una sensual coreografía, pero además de sus románticas interpretaciones en solitario, logró transmitir buena vibra al interpretar un número junto a su banda en el que la guitarra, la sensualidad y la emoción caló en los presentes. Luego de dos horas donde la calidad artística primó sobre el
escenario, Alborán se marchó próximo a las 11:00 p.m., dejando viva la algarabía de unos cuantos que seguían pronunciando el nombre de un Pablo que se había ido para no regresar.