Gualey. A días de derrumbarse un canasto de varilla sobre varias viviendas cercanas a la construcción de la extensión de la Segunda Línea del Metro, afectados esperan que se les recompense rápidamente por los daños.En la mañana de ayer, una comisión de la Oficina para el Reordenamiento de Trasnporte ( Opret) censó la zona afectada.
A las doce del mediodía los comisionados se marcharon. De inmediato empezaron las quejas de los moradores, alegando que gran parte de las viviendas que sufrieron daños no fueron censadas.
Para ellos, el susto aún no termina, los aterra pensar que las paredes y los techos de sus casas podrían derrumbarse en cualquier momento.
Reporteros de elCaribe intentaron hablar con el ingeniero encargado, quien no quiso identificarse, y solo se limitó a decir que censaron 25 viviendas y que “hacía lo que le encomendaron”. Indicó que solo se resarcirá el valor de las mejoras.