Bien hizo la dirección general de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) en suspender su inesperado frustrado propósito de incrementar la tarifa del suministro de agua potable a los hogares capitaleños, de por sí ya sobrecargados de medidas impositivas.
La sorprendente medida de esta institución autónoma del Estado venía a sumárseles a las odiosas y antipopulares acciones gubernamentales de los hasta hace poco sistemáticos aumentos en los precios de los combustibles y de la energía eléctrica, que tanta irritación ha causado ya a la población de clase media y a los más pobres.
A propósito del tema, ha causado mucha satisfacción en gran parte de la ciudadanía la última actitud del presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna, de asumir personalmente la responsabilidad de búsqueda de soluciones a los graves problemas que hoy afectan a los dominicanos.
Todo parece indicar que, por fin, se abre un esperanzador faro de luz en procura de solución a los graves problemas económicos sociales que padece el país.
En cuanto al pretendido aumento de la tarifa del agua potable y su resultado final, ojalá que ello sirva de lección y experiencia a las demás instituciones estatales de servicio público. Conviene al sector oficial evitar sumarse a la inexplicable política de golpeo sistemático implementada desde el Gobierno y su propio partido, en detrimento de la campaña proselitista de su candidato presidencial, Danilo Medina, quien desde ya carga sobre sus hombros un pesado fardo de impopularidad, fruto del famoso paquetazo fiscal y de otras tantas medidas impopulares dispuestas por su gobierno.
Se trata de una realidad que todo parece indicar ha sido ya asimilada por el propio jefe del Estado, quien, aunque de manera un poco tardía, ha decidido asumir de manera muy personal y directa un gran activismo político social, que de seguro habrá de redundar en beneficio de la candidatura presidencial de su partido ostentada por el licenciado Danilo Medina.
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