Once familias desamparadas tras incendio en la Ciénaga

“Ahora no tengo donde dormir”, explicó este lunes entre lágrimas Mabel De La Cruz, madre de cuatro hijos, “cuando me di cuenta, ya el fuego estaba en mi casa, no me dio tiempo a sacar nada, el fuego consumió todo, solo saqué a mis hijos”.

Once familias desamparadas tras incendio en la Ciénaga

“Ahora no tengo donde dormir”, explicó este lunes entre lágrimas Mabel De La Cruz, madre de cuatro hijos, “cuando me di cuenta, ya el fuego estaba en mi casa, no me dio tiempo a sacar nada, el fuego consumió todo, solo saqué a mis hijos”.

“Ahora no tengo donde dormir”, explicó este lunes entre lágrimas Mabel De La Cruz, madre de cuatro hijos, “cuando me di cuenta, ya el fuego estaba en mi casa, no me dio tiempo a sacar nada, el fuego consumió todo, solo saqué a mis hijos”.

Gritos de desesperación despertaron a varias familias que sumergidas en confusión y angustia salieron corriendo de sus casas pasada las 3:00 de la madrugada del pasado sábado en el empobrecido sector La Ciénaga, cuando un fuego comenzó a consumirlas.

 “El vecino que murió era una buena persona con todos los vecinos, solo que cometió un error, como podría pasar con cualquiera de nosotros”, expresó De la Cruz sobre un hombre que falleció en el siniestro.

Escombros y cenizas es lo único que quedó de las empobrecidas viviendas y solo los recuerdos de las pocas pertenencias que poseían las 11 familias que vivían en extrema pobreza, pero que ahora no tienen ni un techo que los aloje.

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“Ahora no tengo donde dormir”, explicó este lunes entre lágrimas Mabel De La Cruz, madre de cuatro hijos, “cuando me di cuenta, ya el fuego estaba en mi casa, no me dio tiempo a sacar nada, el fuego consumió todo, solo saqué a mis hijos”.

Gritos de desesperación despertaron a varias familias que sumergidas en confusión y angustia salieron corriendo de sus casas pasada las 3:00 de la madrugada del pasado sábado en el empobrecido sector La Ciénaga, cuando un fuego comenzó a consumirlas.

 “El vecino que murió era una buena persona con todos los vecinos, solo que cometió un error, como podría pasar con cualquiera de nosotros”, expresó De la Cruz sobre un hombre que falleció en el siniestro.

Escombros y cenizas es lo único que quedó de las empobrecidas viviendas y solo los recuerdos de las pocas pertenencias que poseían las 11 familias que vivían en extrema pobreza, pero que ahora no tienen ni un techo que los aloje.

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