“Las cosas han cambiado desde la semana pasada”, explicó un portavoz de la organización desde Ginebra.
Hace una semana, la OMS aseguró que, de producirse contaminación, ésta sólo afectaría a productos agrícolas en un radio de 30 kilómetros respecto a la central de Fukushima. Sin embargo, los últimos informes apuntan a que el problema podría estar más extendido.
“Creo que es serio, pero habrá que ver cuánto”, dijo el portavoz, que añadió que un grupo de expertos está deliberando al respecto en la sede del organismo, en Ginebra.
En Japón se han detectado elevados niveles de radiactividad en espinacas, leche y agua potable de la región.