La semana pasada la Organización Mundial de la Salud nos dijo algo que hemos escuchado por más de 20 años: las carnes procesadas causan cáncer y declaró que ninguna cantidad de carne procesada es segura para el consumo humano. La carne procesada es cualquier tipo de carne que se ha salado, curado o ahumado para resaltar su sabor o conservarla, tales como salchichas, jamón, salami, hot dogs y todas las carnes enlatadas.
La nueva clasificación de la OMS se basa en la evidencia de más de 800 estudios, que asocian las carnes procesadas con el cáncer de colon y colorrectal. Según los últimos datos de la entidad, alrededor de 34,000 de los 8.2 millones de muertes por cáncer cada año en todo el mundo, se puede atribuir a las dietas con alto contenido de carnes procesadas. Eso no es un porcentaje muy alto, pero el informe no menciona la fuerte evidencia de que los nitratos (la sustancia química principal de carnes elaboradas) tienen un fuerte vínculo con los cánceres de mama, próstata y páncreas. El nitrato de sodio es altamente cancerígeno una vez que entra en el sistema digestivo humano.
Una manera de reducir el riesgo de cáncer si se consume carnes rojas es la forma de cocinarla. Está bien establecido que una carne cocida a término completo, al carbón, frita, asada a la parrilla o a la barbacoa se ha relacionado directamente con el cáncer. Esto no ocurre si la carne se prepara horneada. La carne roja de animales alimentados con hierba orgánica, si lo encuentra, es excelente para su dieta. La carne roja es rica en minerales como el hierro, zinc, fósforo y otros aminoácidos esenciales. También es rica en vitaminas del complejo B, especialmente vitamina B12, que no se encuentra en grandes cantidades en otras carnes. Además, la absorción de calcio depende en gran medida de la vitamina D, que se encuentra principalmente en la proteína animal. Si se come carnes procesadas, hay que consumir antes grandes dosis de vitaminas C y E, ya que los antioxidantes inhiben la conversión de nitrato de sodio causantes de cáncer.
Siempre aconsejo al hacer compras, buscar el producto que considere lo más orgánico posible. A menudo es imposible evitar todos los productos químicos y hormonas que se encuentran en los supermercados. Si somos conscientes del problema y tomamos las mejores decisiones al comer …el resto se lo dejamos a Dios.