Un “Okupa”, así con K, es alguien que ha decidido disfrutar de lo ajeno, la propiedad inmobiliaria privada, sin trabajar. Se enmascara en un movimiento social a favor de los que no tienen propiedad alguna y con eso se considera paladín social. En nada reivindica el trabajo y esfuerzo de quien, a fuerza de dedicación, trabajo y creatividad ha conseguido logros económicos y sociales. Para el okupa lo que vale es el agarrar lo que está fácil, consumirlo y seguir pidiendo más. La especie “Okupa” o “Squatter” es europea, y últimamente está proliferando más en España, por aquello de que allí hace menos frío que en el norte europeo, y a ellos les gusta andar ligeros de ropas.
El “PDF”, Padre De Familia, en República Dominicana, es alguien que ha decidido disfrutar de lo ajeno, la propiedad pública, sin trabajar. Se enmascara en que es un pobre padre de familia, en movimientos sindicales, religiosos o políticos, junto a una familia numerosa, y ocupa los espacios públicos para organizar su negocio informal, su casa, su sindicato o su movimiento político de apoyo al presidente o ministro presidenciable de turno.
Un ejemplo de PDF, que simplemente dice ser pobre, decidió vivir en la zona más cara de Santo Domingo, en el parquecito Joaquín Balaguer de la avenida Anacaona, y allí mudó a su mujer, a sus hijos, a sus perros, a su compadre y a una muchacha que está criando. Ese PDF ha ocupado una amplia área del parque Mirador Sur desde hace casi 2 años. Dentro de poco le buscará un hueco a sus padres, a sus tíos, a 4 sobrinos y a dos muchachonas “amigas”. Luego comenzará a alquilar pequeños espacios a conocidos, y luego perderá el control de todo eso porque ya se habrá montado allí un “Ensanche”: La tablita, la Cucaracha, Los manguitos, La Puya…” o como llamen a los bolsones de miseria que se montan en propiedades públicas y privadas sin que las autoridades hagan nada para que se respete la propiedad pública o privada, sin que hagan nada por parar la inseguridad jurídica de quien con mucho esfuerzo ha logrado comprar un inmueble y vivir en un barrio medianamente vivible, fuera de la selva que han dejado montar esas autoridades pagadas por quienes creen en una ciudad posible.
La dejadez oficial nos está hundiendo en el subdesarrollo. No hay desarrollo sin garantías jurídicas, término que cuesta creer que los políticos electos no puedan entender. O quizás eso es lo que quieren, la inseguridad jurídica para crear riqueza, sus riquezas particulares. Parecer ser que la acumulación originaria de capital dentro del caos son sus estrategias para hacerse ricos.