Recolectores de piedras en las costas de la comunidad de Ojeda, provincia Barahona, afirmaron que esa práctica es realizada con la autorización del Ministerio de Medio Ambiente.
Miembros de la Asociación de Recolectores de Bolas y Chatas indicaron que el Ministerio permite la salida de una patana semanal cargada del material, que es usado en el embellecimiento de algunas obras de infraestructuras y en el diseño de piezas de artes.
Con anterioridad, este trabajo era realizado sin ningún control y diariamente eran trasportadas hasta cinco patanas a distintos puntos del país.
El costo de una patana cargada de piedras ronda los 150 mil pesos. De esos recursos se debe pagar a los recolectores, los que cargan y descargan el camión, más el flete del transporte.
La mayoría de los pobladores de Ojeda, comunidad pobre al sur del país, afirman que realizan este trabajo debido a la falta de empleos que afecta la zona.
“Nosotros no queremos afectar el medio ambiente, pero dicen que entre la vida y la muerte preferimos salvarnos con esta riqueza que ha otorgado la naturaleza”, dijo el recolector Ramón Carrasco.
Desde hace más de cinco años fue creada la Asociación de Recolectores de Bolas y Chatas de Ojeda, la cual la integran más de 200 miembros.
Un trabajo fuerte
Esta organización es presidida por Nelson Cuevas, quien además es el presidente del Partido Reformista en Ojeda.
Cuevas dijo que los obreros trabajan desde las seis a ocho de la mañana y desde la cinco de la tarde a siete de la noche. Este horario fue establecido para aprovechar las horas frescas del día.
La asociación paga 300 pesos a Medio Ambiente para obtener el permiso de extracción del material.
“Es un trabajo muy duro, nosotros lo hacemos porque no hay más nada que hacer. Imagine usted estar bajo el sol y cargando sacos y cubetas de piedras”, dijo Florentino Féliz.
A un obrero le pagan 20 pesos de una cubeta de piedras y pueden ganar entre 700 y 500 pesos por día de trabajo.
Ojeda es un pequeño poblado sumido en la pobreza, localizado entre los municipios Paraíso y Los Patos en Barahona.
Las piedras son arrastradas por los ríos desde las montañas de la Sierra de Baoruco y devueltas a la superficie por las olas del mar Caribe. Esta práctica fue iniciada hace más de 30 años. l