La Asamblea General de la OEA se reúne en nuestro país, a partir de este lunes 13 de junio. Uno de los temas a ser conocidos es la situación política por la que atraviesa la hermana República Bolivariana de Venezuela.
Las posiciones conocidas a ser debatidas sobre este tema en dicha asamblea, en primer término la consensuada en el Consejo Permanente de ese organismo regional de favorecer el diálogo en el conflicto venezolano; la otra posición es la sostenida por el secretario general de la misma que favorece la realización del referéndum revocatorio del presidente Maduro y la puesta en libertad de los presos políticos.
Esta posición del secretario general de la OEA es la misma que sustenta la oposición venezolana. No así la mayoría de la comunidad de países del continente Americano, que es el diálogo entre todos los actores políticos, económicos y sociales de ese país.
Se incluye en esta posición el Departamento de Estado de los EE.UU., el cual ha reiterado por declaraciones de su titular, el secretario de Estado John Kerry, la disposición de favorecer ese diálogo.
Sin embargo, el diálogo no es excluyente del referéndum. El diálogo es la ruta civilizada, respetuosa, transparente y soberana de un país ponerse internamente de acuerdo. La oposición venezolana ha motorizado el referéndum revocatorio, pero no ha dejado de lado el diálogo.
Cuando se desea anteponer el referéndum al diálogo, como lo hace el señor Almagro, lo que se pretende es otra cosa, aplicar la Carta Democrática para bloquear a Venezuela y hasta provocar intervención directa.
La realización del referéndum es una cuestión de las partes, oposición y gobierno, que debe sujetarse a las disposiciones constitucionales y de leyes en ese país. Tomar partido desde fuera es atizar el conflicto.
Cuando el presidente Leonel Fernández me invitó a acompañarle, para las elecciones congresionales del 6 de diciembre en Venezuela, acarició la idea de inducir a un diálogo entre gobierno y oposición. UNASUR lo había colocado como jefe de Misión Electoral del 6 de diciembre para esos comicios, en representación de ese organismo de naciones suramericano.
La representación tuvo éxito por lo que el Dr. Leonel Fernández fue solicitado por dicho organismo oficial de los países para integrar una comisión que facilitara el diálogo.
A esos fines se incluyó a los ex- presidentes José Luis Rodríguez Zapatero de España y Martín Torrijos de Panamá. En esta ocasión el Dr. Leonel Fernández solicitó mi inclusión para que fuera su acompañante.
Lograr que las partes dialoguen bajo tensiones sociales y conflictos políticos, requiere de mucho tacto diplomático, transparencia, equilibrio y confianza. Hasta ahora eso se ha logrado y las partes manifiestan voluntad para definir los temas y sentarse a dialogar.
El Dr. Fernández y los ex-presidentes Zapatero y Torrijos son los grandes actores como mediadores, apoyados por UNASUR cuyo secretario general es el ex-presidente de Colombia Ernesto Samper.
El presidente Danilo Medina ha expresado su apoyo al diálogo, lo cual tiene mucha importancia porque el diálogo entre las partes venezolanas se ha estado celebrando en el país; pero más aún, porque así define el voto dominicano en la Asamblea de la OEA y, mucho más, porque la sede de esa Asamblea es también nuestro país. l