Occidente, fin de época

Occidente no es ni una civilización, ni una geografía; es un territorio mental que ha construido una pluralidad basada en la libertad, la solidaridad y la igualdad de las personas. Sus ejes son Atenas, Roma, Jerusalén, lo que hoy concebimos como…

Occidente no es ni una civilización, ni una geografía; es un territorio mental que ha construido una pluralidad basada en la libertad, la solidaridad y la igualdad de las personas. Sus ejes son Atenas, Roma, Jerusalén, lo que hoy concebimos como Europa, y los Estados Unidos de América. Esos pueblos y culturas han creado Las cuevas de Altamira, Platón, Aristóteles, Jesús de Nazareth, el gótico, Dante, Cervantes, el derecho romano, Shakespeare, Leonardo, Einsten, Beethoven, Picasso, Adam Smith, Marx, Gaudí, los Beatles, el Contrato Social, los derechos humanos, el castellano, el inglés, el latín, y casi todo de lo que es importante en estos tiempos; pero parece que algo anda mal, y vivimos una especie de “fin de epoque”.

Ver a los griegos tirados a la calle protestando porque están realmente en la calle, por falta de viviendas y alimentos, es deprimente. Los italianos, españoles y portugueses lidiando con un futuro incierto, desmoralizador. Viendo cómo sus generaciones más jóvenes se largan de sus países para ver si pueden emplear sus vidas, estudios y valores en otras tierras. Como si algún fenómeno natural hubiese arrasado sus países. Pero ningún fenómeno natural ha sucedido, no ha habido terremotos, tsunamis, incendios, sequías o invasión extraterrestre. Ha sido el derrumbe de los valores que crearon a Occidente, aquellos que Atenas, Roma y Jerusalen iniciaron y hoy, una pandilla de políticos y banqueros inescrupulosos se están cargando, con tal ceguera que no se enteran que con esa locura colectiva también se irán ellos. Los políticos, desde el punto de vista social, se han convertido en personajes impertinentes y peligrosos, en el azote de los demás grupos sociales. El desplome de nuestra civilización está en pleno curso por ellos.

Mientras, otras zonas como el Pacífico o los países de oriente se refuerzan. Los musulmanes aprovechan para descargar su odio ancestral a todo lo que huela a libertad y respeto al individuo. La mayor expresión a todo esto está claramente identificada en el antiamericanismo. Hacer ver a los Estados Unidos de América como el demonio. Es un suicidio occidental asistido por intereses que no saben reconocer los mismos suicidas. Todo lo que huela a USA, les huele a sulfuro como le dijo el grotesco Chávez a George Bush. Preferir al presidente Iraní y su demoníaco sistema en oposición a Francia, es de locura colectiva. En República Dominicana, un rincón casi escondido de Occidente, por primera vez seguimos las tendencias más modernas de nuestra civilización, nuestros políticos son tan corruptos como los de los países desarrollados. Nuestro Congreso, nuestro sistema judicial, nuestras instituciones globales y sin fines de lucro son cuevas de Alí Babá.

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