Permanecer a la intemperie ante el Ministerio de Trabajo durante casi un mes, sobrevivir de la caridad, pasar día y noche a merced del clima y usar cualquier espacio del Centro de los Héroes para hacer sus necesidades, son parte de lo que han padecido.Para los hombres, mujeres y niños que han visto ponerse el sol 28 veces en plena calle, no ha habido una Navidad feliz ni un augurio creíble de prosperidad para este nuevo año. Solo esperan que de alguna manera concluya la pesadilla de verse sin trabajo ni prestaciones de la noche a la mañana.
De no ser por la caridad de algunos transeúntes muchos de ellos hubiesen desfallecido, tras casi un mes de exposición a la intemperie sumada a la incertidumbre, que se inició cuando el poco español que dominan les sirvió para leer el letrero “Se vende o se renta”, que auguraba el final de las operaciones en la coquera ubicada en el llamado kilómetro 5 de San Cristóbal, lugar al que llegaron -según palabras de Francisco Ogilús, uno de los afectados- en 1999 contratados ilegalmente por Rafael Emilio Alonso, propietario del negocio, del cual no volvieron a tener noticias, quedando en la incertidumbre lo relacionado al pago de sus prestaciones laborales.