La Conferencia del Episcopado Dominicano abogó este miércoles por la aprobación de la ley de partidos políticos y criticó el clientelismo que se da en las instituciones partidarias del país.
En su carta pastoral con motivo del 170 aniversario de la Independencia Nacional, bajo el título “El Valor de la Vida Política”, los obispos, además del clientelismo, criticaron el mesianismo en la actividad política y que como consecuencias de ellos se mantiene rondando el fantasma de la reelección y el derroche de los recursos del Estado para tal fin.
Destacaron las bondades de la política como la ciencia y el arte del bien común y manifestaron que en el país “hace falta un proyecto de nación consensuado por todos los partidos políticos y las fuerzas vivas de la Nación, donde se prioricen aquellos elementos que contribuyan mejor al progreso y a la paz social”.
En ese sentido, agregaron que “para esto ha de ser tomado en cuenta el diálogo nacional ya iniciado. Es urgente la aprobación de la Ley de partidos políticos que deje de lado el aspecto clientelar y tenga como orientación fundamental del bien común”.
También, los religiosos manifestaron que “debe priorizarse la educación cívica y política en las escuelas y en la población; que se independicen y se separen de verdad los poderes del Estado. Si esto se hace así, el pueblo que es muy sabio y sabe muy bien que el país es de todos y todos tenemos que ayudar a construirlo, entonces se pondrá de pie y de ese modo se hará el país y la sociedad que todos queremos y deseamos”.
“La política como ciencia y arte es una realidad muy compleja y delicada, porque se relaciona con la sociedad y con el poder; y además, con las decisiones obligatorias, la legitimidad, la autoridad, los actores individuales, los partidos políticos, los empresarios, los sindicatos, los líderes de opinión, los profesionales, la sociedad civil, y por supuesto, los procesos y estructuras de poder”.
Ideas y valores de los políticos
En su carta pastoral loss obispos refieren que “los líderes y los grupos políticos suelen moverse y actuar guiados por ideas, opiniones, valores, intereses individuales y grupales, y actitudes o ideologías; que a la vez son las que definen el tipo de sociedad que buscamos y queremos construir. Estos pueden ser criterios que pueden ayudar al ciudadano a identificar a los partidos y a los líderes, para saber así los valores que encarnan para beneficio de la sociedad”.
De igual forma, observan que quien ejerce esa vocación o ciencia del bien común que se llama la política, necesita dotes, disposiciones y preparación; ya que ésta se coloca en la confluencia de las distintas ciencias humanas, tales como la historia, la economía, la sociología y la psicología; pero necesita también la referencia moral, porque está relacionada con el quehacer del ser humano, al que tiene que procurar su bienestar y facilitarle la convivencia y la paz dentro de la sociedad.
En ese sentido, consideran que “el político con valores éticos y que de verdad quiere servir tiene que tener disponibilidad para escuchar a su pueblo, para comprender bien sus anhelos y así poderlo servir mejor. Es un hombre de una actitud abierta pero firme, para cumplir las leyes que benefician a la mayoría y tener firmeza contra todo tipo de corrupción y engaño”.
También manifestaron que el político no debe tener apego al poder, para no convertirlo en idolatría en la que prevalezca la vanidad; al contrario debe ser una persona transparente y coherente que lo que exija sea capaz de vivirlo primero, porque por ejemplo no se puede pedir austeridad a un pueblo, mientras él o sus funcionarios dilapiden los dineros del Estado.
Tentaciones de la Política
En la carta pastoral de la Conferencia del Episcopado Dominicano, los abispo advierten que a los cristianos que entran a la vida política, que ésta tiene las tentaciones del “poder, que siendo un servicio, tiende a corromper”. Y que “si analizamos nuestra vida democrática de los últimos 50 años, nos daremos cuenta que la corrupción se ha hecho presente en casi todos los gobiernos que hemos tenido”.
La otra tentación es que los políticos, en las distintas esferas sociales, “están siempre amenazados por lo que llamamos la erótica del poder; eso quiere decir, que lo que es un medio para servir, se puede convertir en un fin para provecho personal”. Agregan que esa tentación ha sido una constante en casi todos los gobiernos; ahí está el clientelismo político que ha sustituido la esencia de lo que debe ser la política como ciencia”.
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