En las últimas décadas se ha ampliado y profundizado el estudio de la Administración Pública y de las actividades que ésta realiza en procura de atender las demandas sociales presentes en el conjunto de la sociedad. A este tipo de análisis se le denomina “estudio de las políticas públicas” (Fernández, 1996). Desde este enfoque, se procura superar la visión que predominaba en el estudio de la Administración Pública, centrada en la burocracia administrativa, su estructura y procedimiento.
En esta nueva visión, es importante el análisis de los resultados de la acción de los gobiernos y el proceso de formulación y ejecución de las decisiones de carácter público. El bienestar de una sociedad depende de las acciones que los poderes públicos puedan llevar a cabo en el seno de ella. Frente a la proximidad de un nuevo gobierno, es conveniente reflexionar sobre la importancia de las políticas públicas en la promoción de mayores niveles de desarrollo social.
Como hemos señalado en diversas ocasiones, es tiempo de que la República Dominicana pueda avanzar, más allá del discurso, en la constitución de una sociedad donde exista un pleno reconocimiento de los derechos civiles, políticos y económicos de sus ciudadanos y ciudadanas. Esto supone enfrentar el principal déficit de nuestra democracia, el cual viene dado por su incapacidad para atender las múltiples demandas de una población que ve deteriorar su calidad de vida, mientras el Estado prefiere ocuparse de aquellos temas que se constituyen en oportunidades de negocios para sus funcionarios.
El Estado dominicano no ha sido capaz de generar políticas públicas que hagan posible enfrentar con éxito los problemas esenciales de la gente, vinculados al acceso a empleo, a servicios públicos de calidad y a la seguridad ciudadana. El principal reto hoy es cómo crear las condiciones adecuadas para que a pesar de los limitados recursos públicos, se pueda responder a las expectativas ciudadanas. Esto supone el establecimiento de prioridades centradas en la gente, la mejoría de la capacidad de gestión del Estado y la creación de redes de coordinación con los distintos actores de la sociedad.
Se requiere de la implementación de políticas públicas capaces de transformar la realidad social predominante en nuestro país. Para ello es necesaria una clara comprensión de las necesidades fundamentales de la gente y la definición de las políticas efectivas para atender estas necesidades. Esto permitirá un mayor grado de conciencia sobre la importancia de estas políticas y sobre las condiciones técnicas necesarias para su buen diseño. Sin el firme compromiso de las nuevas autoridades, esto no será posible.