En el mes de febrero el pueblo dominicano celebra con gran fervor patriótico nuestra Independencia Nacional derrotando los ejércitos del vecino país, no obstante ser superiores en cantidad y en preparación. De tal manera, las noticias que se tienen es de que en la batalla del 30 de Marzo o Batalla de Santiago, 500 valiosos hombres dominicanos pelearon contra 11 mil soldados haitianos y salieron victoriosos, sellando nuestra Independencia Nacional cumpliéndose el pensamiento del Padre de la Patria General Juan Pablo Duarte y Diez, cuando proclamaba “nuestro pueblo será libre o se hunde la isla”.
Sin embargo, hombres que se llenaron de gloria ganando importantes batallas, como lo fue el General Santana, tenían la firme creencia de que debíamos aliarnos a países como Francia, España u otros que nos ayudaran a mantener nuestra Independencia contra Haití pensaron equivocadamente anexionándonos a España en el año 1861.
Pero antes de narrar las importantes batallas con la valentía de los restauradores, creo conveniente narrar algunos hechos que precedieron a esta guerra restauradora, como los siguientes:
Primero: La anexión no fue un hecho aislado en el conflictivo proceso de la primera República porque varios factores sociales y políticos tomaron un curso que culminó el 13 de marzo de 1861 con la aceptación de la Reina Isabel II de la propuesta anexionista presentada por el General Pedro Santana.
Segundo: Ante la expulsión con el grupo liberal que lideraba Juan Pablo Duarte, el destino de la recién nacida República quedó en poder del sector conservador, con el General Pedro Santana y Buenaventura Báez a la cabeza.
Los Constituyentes de Moca, tratando de debilitar el poder político de Báez le abrieron las puertas a Pedro Santana, quien pudo así regresar del exilio, protegido por los líderes políticos del Cibao. Procedente de Saint Thomas llegó a Puerto Plata el 24 de agosto de 1857, y cuando se presentó en Santiago el gobierno ordenó rendirle los honores correspondientes a un exjefe de Estado, y lo nombró Jefe de los Ejércitos del sudeste y sudoeste, al tiempo que designó a sus seguidores más cercanos en las provincias de Azua y El Seibo.
En posesión del poder e inducido por su asesor astuto político, Tomás Bobadilla y Briones, el 27 de julio de 1858, dejó sin efecto la Constitución de Moca, considerada como una de las mejores desde el punto de vista social de tal manera que se cree bastante parecida a la Constitución de 1963, fruto del pensamiento democrático del profesor Juan Bosch, proclamando la Constitución de 1854 que contó con el patrocinio del propio Santana.
Tercero: Como era de esperarse, los aprestos anexionistas que contaron con el gobierno en poder de Pedro Santana; se puso como excusa para esa acción la inminente e irreal invasión haitiana, para que los colaboradores más cercanos del flamante presidente Antonio Abad Alfau, Vicepresidente, uno de los gestores y más activos de la anexión, así como también su Ministro de Interior, Felipe Dávila Fernández de Castro.
De poco valieron los esfuerzos del gobierno instaurado en Santiago durante la contienda con Báez para detener a Santana, quien se dirigió a esa región y el 1ro. de septiembre tomaba posesión de la plaza que hasta este momento fungía como Capital de la República.
Por falta de espacio no me es posible narrar otros hechos importantes que precedieron a la infame anexión a España, para luego dar detalles de otros hechos importantes llevados a cabo por los restauradores en contra de la Anexión a España.
Con la renuncia de Santana al cargo de Capitán General y Gobernador de la isla, lleva en su conciencia el fusilamiento en Moca de José Contreras, José María Rodríguez, José Inocencio Reyes y Cayetano Germosén, a quienes les cabe la gloria de haber iniciado el 2 de mayo de 1861, el primer brote de rebeldía en contra de la anexión.