Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo. A partir de este antiguo adagio es que se ha estructurado la dieta francesa llamada Le Forking. Concebida por Ivan Gavriloff, el autor del libro “Dine Avec une Fourchette” (cena con un tenedor), Le Forking consiste en cenar alimentos que se coman con el tenedor (y sin trampas). O sea, dígale adiós a la Pizza, el Pica pollo y el helado.
Permitiendo que las personas no tengan restricciones al momento de desayunar y almorzar, se evita sentimientos de tensión que son los que llevan a la inconsistencia en una dieta, teniendo como resultado un proceso efectivo donde el comensal disfruta la experiencia en vez de sentirse torturado y con hambre constante.
Desayuna como un rey
Seguro has escuchado miles de veces que el desayuno es la comida “must” del día y con toda razón. Evitarlo causa poca concentración, baja energía y crea un desequilibrio en la alimentación. En el régimen Le Forking la importancia del desayuno radica en que al ser la primera comida, se tiene más tiempo para quemar las calorías consumidas que durante el almuerzo o la cena.
Almuerza como un príncipe
De acuerdo con el libro de Gavriloff, éste debe ser rico en proteínas y almidones, y siempre debe estar acompañado con vegetales. Las meriendas son permitidas entre el desayuno y el almuerzo (se recomienda frutas); mientras que la merienda de la tarde debe ser a las 4:00 ó 5:00 p.m. (chocolate oscuro o un sorbet de frutas).
Cena como un mendigo, pero con tenedor
El punto clave de la dieta: la cena. No es únicamente consumir alimentos con la ayuda del tenedor, sino que la cena también debe ser consumida sin usar otros utensilios. ¡Y no! Los nachos no están incluidos, aunque se pueden comer sin tenedor. La última comida del día no puede incluir postres y debe evitarse a toda costa la carne, ya que es lo que toma más tiempo para digerir, aproximadamente cuatro horas, afirma el blog www.forkeit.com.
La última del día
Estas son algunas recomendaciones del régimen Le Forking, para la cena.
Vegetales. Brócoli, zanahoria, hongos, cebolla, lentejas, espárragos, espinaca, coles de Bruselas, soya, papa, guisantes.
Pastas. Sin carnes. Arroz (preferiblemente integral).
Pescado. Salmón, tuna, trucha y anguila.
