Espiritualmente guiada por la Providencia, la señorita Elupina Cordero fue una religiosa católica que se puso al servicio de los más necesitados y que trascendió en su región por la sanación a personas afectadas de diferentes enfermedades.
La misma niña que a sus catorce años salvara con su primer milagro a un señor campesino y hacendado que languidecía en su lecho por una astilla que se le había clavado en la planta de un pie.
Elupina gustaba de la comida salada y era de semblante tranquilo. La niña, que nació el primero de diciembre del año 1892, ya a los siete años dio muestras de que tenía un don especial para sanar de acuerdo a los testimonios de personas que la conocieron.
Fue de esta niña que el periodista J. Bautista Lamarche dijo: “Nació para el amor, vivió para el bien y murió en olor de santidad”.
En Sabana de la Mar, 77 años después de su partida, los sabanalamarinos mantienen viva y verificable su historia, el legado, aportes y obras, además de atesorar pertenencias materiales o enseres de uso personal, doméstico y cotidiano, de la señorita Elupina Cordero.
Los sabanalamarinos narraron a elCaribe que Elupina Cordero, desde su infancia mostró señales de ser una elegida de Dios. Y es que, poder caminar y pisar las rutas y lugares predilectos de quien se convirtiera en la patrona y protectora, madre y benefactora de los pueblos esteños no tiene pago o cuota alguna. Gratificante es poder escuchar las declaraciones de fe en el terruño natal de la “Santa Elupina” como la nombran sus adeptos o feligreses.
La oralidad popular de los sabanalamarinos es explícita y concisa. Retratar con autenticidad esos años de pulcritud y benevolencia por una mujer que dedicó su vida a la protección, llevando sanidad y conformidad a las almas perdidas, desorientadas y desoladas, envueltas en un celofán de espectacularidad y fantasía. En este periplo mágico-histórico no se harán esperar las curiosidades del fuereño que se transforman en especie de mito o realidad.
Capilla Santa Teresa de Jesús
En la iglesia o capilla nombrada Santa Teresa de Jesús, en honor a su guía espiritual, Madre Teresa de Calcuta, recibe a los piadosos un Cristo amplio en la entrada, tallado de madera, es un símbolo de fe, advocación elupinista y religiosidad. Fue construida por la Srta. Elupina Cordero, y por los munícipes.
Ubicada en el sector “Pajarito”, rodeada de flores y un hermoso césped frontal, cada 4 de junio recibe a miles de creyentes de todas las latitudes del mundo. Pues, los milagros de la señorita no conocieron distancia.
La gran celebración rinde homenaje a su natalicio con una agenda interesante de actividades eclesiásticas como misa en la mañana, al mediodía y tarde.
Museo Srta. Elupina
Detrás del santuario, se encuentra el museo y una fosa donde salvaguardaban sus pertenecías y que años más tarde la comunidad y sus familiares decidieran poner a la exhibición como patrimonio espiritual, cultural y humano. Son enseres antiquísimos y de gran importancia ancestral e histórica para los dominicanos. Su guitarra y cama están en la actualidad, en restauración.
En la única sala de exhibición del museo se aprecian la bañera de Elupina, el crucifijo para rezar a diario el rosario, según cuentan, le desgastó a Jesucristo el brazo derecho por acariciarlo siempre en ese justo lugar. Porcelanas o vajillas de cocina, vestimenta de su propiedad, textos religiosos y una inmensa cruz en madera que fijaba al lado de su sillón y del que colgaba un rosario.
En el lugar podemos apreciar el lateral izquierdo del santuario, una cruz o calvario blanco donde depositaron la sangre de la misionera teresiana al morir.
Balaguer visitó el lugar en ocasiones por la devoción hacia ella y fue quien a inicios de su gestión gubernamental en 1972, donó los terrenos de la iglesia y la escuela que lleva el nombre de la muy recordada señorita.
Antes de su deceso, en un documento legal dejó firmado su legado de cosas personales y espirituales a la iglesia Católica. El pueblo en amor, tributo y abnegación no permitió que la sepultaran en el cementerio municipal de Sabana de la Mar, sino que descansara cada día en capilla ardiente dentro del santuario.
En el santuario Capilla Santa Teresa de Jesús, descansan los restos de Elupina Cordero, quien de forma repentina recibió alteraciones y varices en sus piernas, provocando hemorragia la que a su petición no quiso detener porque ya había llegado el momento de partir con el altísimo, pues su misión había sido cumplida. Un precioso jardín con flores de mantequilla, y situado en el centro del poblado sabanalamarino, da la bienvenida y a su vez, recoge sus pensamientos y reflexiones.
En la céntrica plaza se observa un busto con el rostro angelical y un amplio repertorio de sus anécdotas religiosas. “Cuando en Dios se confía, se tiene a Jesús por guía”.
Solo un testimonio
Otra de las buenas amigas y acompañantes de Elupina Cordero, fue su tocaya, Elupina de la Cruz Muñoz, quien falleció de 109 años de edad y procreara seis hijos; de los que Próspero de la Cruz Muñoz narra: “Mi hermana de 14 años de edad, en ese entonces, Luz de la Cruz, se cayó de una mata de Caimito. Mi madre la llevó al Hospital de San Pedro de Macorís, pero había sido desahuciada. Ella no comía, tampoco hablaba ni caminaba. Postrada en cama”, comentó Próspero de la Cruz. Es cuando la señorita Elupina manda a buscar a la adolescente campesina quien fuera trasladada en una mecedora y cargada por dos hombres tal como si fuera una reina haciendo homenaje a su trono.
En realidad, De la Cruz Muñoz, hijo sobreviviente, enfatizó que su hermana era una muerta que respiraba.
Detalló que en esos tiempos el transporte era difícil. “Elupina recibió a mi hermanita Luz, la examinó y después auguró vida. Le dio a beber una de sus famosas y curativas tisanas. Luego mi hermana se casa y procrea 12 hijos después de ser curada. Murió a una avanzada edad”.