En septiembre de 2006, se publicaron en varios países de Europa una serie de caricaturas satirizadas del Papa. En algunas de ellas, el Obispo de Roma y jefe espiritual de más de 800 millones de católicos, era mostrado en situaciones bastante ridículas, como una en particular que lo situaba en una playa exhibiendo una exuberante barriga y un pequeño traje de baño.
Muchas de esas caricaturas, concebidas tras una visita del Pontífice a España, fueron luego publicadas en el diario La Mañana, de Lérida. Posteriormente, la cadena de televisión MTV difundió la serie titulada “Popetown” (Ciudad del Papa), un conjunto de películas basadas en dibujos animados protagonizada por un Papa loco, excéntrico, en la que se mostraba también a un cardenal corrupto y criminal.
En Europa se realizó después una exposición denominada The Pope, Humor Sant (El Papa, humor santo) contentiva de 80 caricaturas satirizadas del jefe de la Iglesia, si bien no se hacía contra ningún Pontífice en particular, sino valiéndose de la imagen de un Papa genérico.
En ninguno de estos y otros casos, los católicos alrededor del mundo salieron a quemar neumáticos ni a destruir embajadas. Tampoco el Vaticano hizo publicar una “fatua” para condenar a muerte, donde quiera que se encuentren, a los responsables de esas acciones contra la Iglesia. La publicación de caricaturas de Mahoma por diarios de Dinamarca y Noruega, si mal no recuerdo, produjo en cambio varios años después una reacción desproporcionada y violenta en varias ciudades europeas y los responsables de la publicación fueron sentenciados a muerte por líderes islámicos, al considerar dicha publicación como una ofensa al Profeta.
Embajadas de esos y otros países fueron incendiadas en capitales de naciones islámicas en reiterada y sorprendente demostración de un fanatismo religioso irracional que tiene al mundo de rodillas.