Velar un pariente en casa puede ser más costoso

La pérdida de un ser querido produce en sus familiares, amigos y allegados, un gran sentimiento de dolor, pues saben que nunca más podrán escuchar, ver y compartir con esa persona que tuvieron durante un tiempo limitado aquí en la tierra.

La pérdida de un ser querido produce en sus familiares, amigos y allegados, un gran sentimiento de dolor, pues saben que nunca más podrán escuchar, ver y compartir con esa persona que tuvieron durante un tiempo limitado aquí en la tierra.

Ahora bien, ese lamento no es la única preocupación de los familiares directos del fallecido, puesto que ahí es cuando comienzan las preguntas: ¿Qué hago? ¿Cómo lo hago? ¿Adónde me dirijo? ¿Cuánto dinero gastaré en el entierro?

Para dar respuestas a esas cuestiones, existen múltiples opciones, todo dependiendo de si la familia considera hacer el velorio en casa o en una funeraria.

Por lo regular se decide hacer el velatorio en casa, ya sea por cuestiones emocionales, económicas o por tradición. Pero al tomar esta decisión ¿qué procedimiento se debe seguir?

Las personas que han pasado por ese momento recomiendan como aspecto fundamental que es necesario calmarse y tratar de pensar lo más objetivo posible, aunque debido a la circunstancia esto se torne un tanto difícil, pero no imposible.

Lo siguiente es obtener la certificación del hospital o de un médico legista, si el fallecimiento se produjo en la residencia o en otro lugar fuera de un hospital.

Para comprar el ataúd hay varias opciones, ya que los costos de los mismos son de RD$11,000, como mínimo, aunque todo depende del tamaño y el peso del fallecido. Lo más recomendable es que con la compra del ataúd también se contrate el servicio de traslado del cadáver desde la casa hasta el cementerio.

Luego ordene la casa, lo recomendable es que usted o sus seres más cercanos hagan eso, para evitar pérdidas de bienes e inmuebles; luego gestione o delegue en alguien de confianza la compra de todo lo que necesite para el velatorio. Una vez resuelto lo anterior, diríjase a la oficina municipal, la Oficialía del Estado Civil y el cementerio para sacar el acta de defunción y comprar o arrendar el terreno para construir el nicho, ya sea por cinco o 99 años, lo cual podría costar desde RD$1,076, hasta poco menos de RD$11,500. Luego continúa la contratación del albañil que construirá el panteón. Los gastos en ese renglón dependerán del lugar donde entierre al difunto, aunque aproximadamente gastarías como mínimo unos RD$1,500.

Una vez concluido el velatorio y posterior entierro, empieza el proceso conocido como “los nueve días”, pues no es más que una serie de servicios o cultos realizados en memoria de quien falleció, los cuales son dirigidos por un sacerdote o rezador. El costo de contratación del rezador para los servicios de últimos días oscila entre RD$5,000 y en el transcurso del mismo a los presentes se les brinda té, café, comida, entre otras cosas, aunque algunas familias prefieren brindar una picadera.

¿Por qué velarlo en casa?

“Yo digo que es mejor en la casa porque a veces uno tiene amistades que cuando se hace en la casa vienen más fácil que cuando lo hacen en una funeraria. En la casa la gente acompaña más, comparten más y pasan más tiempo que en la funeraria, puesto que a las personas les gusta estar más en el entorno familiar que en la funeraria”, expresa José Martínez, quien sufrió la irreparable pérdida de una hermana. Al igual que él muchas personas manifiestan que “mi muerto yo lo velo en mi casa”, en alusión al momento de dar el último adiós a su ser querido, porque consideran que en dicho espacio sienten más de cerca el calor y afecto de familiares, amigos y allegados.

Otro aspecto que influye bastante en la toma de esa decisión, es el deseo de “gritar al muerto”, entendiéndose que las funerarias son lugares simbólicos, prácticos pero poco personales y en tal sentido expresar el dolor a través del llanto se ve limitado.

Esta decisión no es tomada únicamente por los parientes del difunto, sino que en algunas ocasiones las personas antes de morir expresan a sus familiares el deseo de tener un último adiós en el lugar donde residían, ya que lo conciben como un momento en el cual toda la comunidad se unifica y comparte. Cuando la disposición es tomada por los dolientes, se hace con la intención de acompañar a ese ser amado durante toda la noche y hasta el momento en que lo dejen descansar en el cementerio.

Martínez considera que los gastos económicos son mayores en comparación a los que tendrían que hacerse en una funeraria, “ya que son nueve días gastando dinero”.

Hay quienes entienden que “el velorio en casa, es el tiempo en el cual el ser humano empieza a adaptarse a la pérdida y a asumir que de ahí en adelante ya  ese ser querido no estará”.

Los velorios en barrios

Se caracterizan por contar con un gran flujo de personas del sector, allegados o no a la familia. No faltan los cuentos e historias contadas por un grupo de personas y los juegos de dominó, pero la idea central es acompañar a los dolientes.

“Es por cultura y por condición económica”

El antropólogo Juan Rodríguez Acosta considera que los velatorios en casa se realizan por dos razones, una cultural y otra económica.

Cultural, porque en ese momento la familia se siente acompañada de personas que entiende y comparten su dolor, y en tal sentido tienen la libertad de “gritar o llorar” a su pariente fallecido. Y económico porque quienes usualmente utilizan los servicios funerarios en su mayoría son las personas de clase media o alta.

Datos importantes

RD$15,000
Es considerado el monto mínimo que se gasta para hacer el velatorio y sepultar a un familiar.
RD$30,000
Es el gasto aproximado para la celebración de los “nueve días y el último rezo”.
Tradición
Por tradición, a las personas que asisten a los actos fúnebres y velorios se les brinda té, café y comida.

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