Estudiar o no estudiar, he ahí la cuestión, diría Shakespeare, pero también podría ser el gran dilema de tu hijo. Ayúdalo a que esta tarea sea más fácil.
Lo primero es saber que cada niño tiene su ritmo y su forma de aprendizaje, por lo que nunca será la misma que la del resto de los estudiantes de su curso. De acuerdo con la guía Siete maneras probadas de motivar a los niños a rendir mejor en la escuela, del The Parent Institute de Virginia, lo primero es saber si tu hijo tiene un aprendizaje auditivo, visual o quinesiológico.
Auditivo. Puede que tu hijo lea durante horas un texto en silencio y finalmente le cueste aprenderlo, pero si lo escucha de alguien más, lo capta en seguida, lo que quiere decir que tiene un aprendizaje auditivo. En ese caso puedes incentivarlo a que simule que está en un noticiero, así al escucharse irá absorbiendo la información. Como son jóvenes y la música influye mucho en este tipo de estudiantes, puedes motivar a improvisar una canción con un resumen del texto. Cuando se trate de temas complicados como las matemáticas, es bueno que repita en voz alta cada paso.
Visual. Un profesor puede pasarse todo un día hablándole de la Independencia, pero para estos alumnos, sin imágenes o gráficos no hay nada interesante que aprender. Dile que tome notas, cómprale marcadores y lapiceros de colores para que resalte aquellas cosas que le llaman la atención. Toma un lugar de la casa y ayúdalo a hacer un mural con frases cortas y coloridas sobre el tema a estudiar, que vea frecuentemente, así podrá cambiarlo cada semana con cosas nuevas por aprender.
Quinesiológico. Van más a lo práctico, se sienten parte del proceso de aprendizaje. Incentívalo a participar de ferias científicas y exposiciones. Para ellos, aprender debe ser una experiencia. Los juegos de letras como el conocido Pictionary, un ábaco o bloques te serán de mucha ayuda. Debes darle un lugar espaciado, ellos no pueden estudiar en una silla, necesitan moverse y por lo general estudian caminando.
Otros tips
• Traza metas concretas como: “Este semestre Daniel cambiará la C de matemáticas por una B. Para eso estudiará una hora diario y cada jueves haremos una prueba con ejercicios”.
• Establece una hora fija para hacer las tareas y aunque no tenga quehaceres, respeta el horario incentivando a la lectura.
• Sé parte activa en la escuela. Participa de reuniones, fiestas, presentaciones, competencias…
• Sé creativo. Enséñalo a multiplicar y dividir en el supermercado ayudándote con la compra. Si leyó un libro clásico alquila luego la película y pregúntale qué diferencias encontró o incentívalo a inventar cuentos para regalar a amigos y familiares en sus cumpleaños.
• Crea un ambiente de estudio que le agrade, pero sin distracciones. Que escoja los colores, algún póster, los utensilios de su mesa de estudio, su lámpara o libros que le interesen, eso le hará sentir que es su espacio.
• Premia sus logros, no resaltes sus errores. El premio no tiene que ser un objeto material, puede ser algo que deseaba hacer o hacerle saber lo orgullosos que están de él.