“En todo ves alegría y lo imposible se puede”, se le oye cantar a Rubén Blades, icono de la música salsa, en el tema Sin tu cariño, en referencia al sentimiento denominado amor.
Acerca del mismo, Ignacio J. Rigoni (maestro metafísico argentino) autor del libro Yo soy Dios escribió: “Llegará el tiempo sin tiempo en que la Tierra será un planeta sin enfermedades porque ya habremos aprendido a amar”.
Y es que la creencia de que el amor en todas sus manifestaciones, es como una especie de pócima curativa para el alma, es de carácter universal. Esta percepción se puede observar en prácticamente todas las religiones e ideologías occidentales que buscan un crecimiento del ser humano.
Algo más profundo
Para dar una explicación científica, Mayra Brea de Cabral, doctora en psicología y directora del Instituto de Psicología de la UASD, habla del amor como una de las emociones más placenteras del ser humano: “Se han creado muchas teorías alrededor de esta emoción, como por ejemplo, la teoría del apego, llegando a afirmarse que el comportamiento altruista es una necesidad y un mecanismo para la supervivencia de la especie.”
En ese sentido, la doctora hace referencia a una frase del cantautor Rafael Solano: “por amor se han creado los hombres en la faz de la tierra”. A partir de esto, explica que ese comportamiento representa una fuerza que mueve al ser humano a autorealizarse en la debida dirección, en su lucha por alcanzar la felicidad y el placer; encontrar que la felicidad del otro constituye la suya propia.
Brea expone que diversas investigaciones realizadas en el campo de la psicofisiología y la neurobiología han mostrado el potencial que tiene el amor para prevenir enfermedades y hasta en muchos casos para lograr la sanación corporal, hecho bien aplicado por los budistas, yogas y religiosos orientales desde muchos años atrás.
Y en el caso del amor se han verificado correlaciones importantes entre los niveles de hormonas como la serotonina, la dopamina y la oxitocina y los estados amorosos (atracción sexual, enamoramiento y amor estable). “Se podría afirmar que el amor es un verdadero placebo para que muchas enfermedades orgánicas tiendan a desaparecer”, afirma.
El amor sano produce un efecto combatiente en contra de la depresión, la soledad o la sensación de tristeza.
“Curita” universal
“Tengo pomada pa’ to’ los dolores, remedio para toda clase de errores…”, (Letra de “No es lo mismo”, de Alejandro Sanz.)
Brea de Cabral afirma que la persona enamorada tiende a tener el mejor de los estados de ánimo posible, convirtiéndose el amor en un motivo para la acción. Este tipo de relaciones positivas, comúnmente conocida como “amor sano” hacen un efecto combatiente en contra de la depresión, la soledad o la sensación de tristeza, ya que son emociones muy opuestas a éste.
“El amor es un factor protector que puede ayudar a combatir los efectos del estrés. Esto es debido a las secreciones hormonales y neuroquímicas que genera”, afirma la investigadora.
Se puede concluir que este sentimiento contribuye a una mejoría en la calidad de vida de los seres humanos, a niveles físico y emocional, ayudando a la prevención de enfermedades y el estrés, y proporcionando una sensación de energía y vitalidad.