Marianne Tolentino, una de las analistas del arte más reconocidas a nivel nacional, llegó a República Dominicana cuando tenía 22 años. “Por amor”partió de Francia para contraer matrimonio con un hombre que se convertiría en uno de los neurólogos dominicanos más brillantes: Mario Tolentino Dipp, quien murió a finales de septiembre de este año.
Se conocieron en una biblioteca de París. Contrajeron matrimonio en el país y procrearon dos hijas: Inés y Patricia.
Sus tantos años vividos aquí y sus amplios conocimientos del arte dominicano han convertido a esta profesional del Derecho y Lenguas Modernas, graduada en Francia, en una de las analistas con valorable legitimidad para hablar de arte en el Caribe.
El pasado jueves la Asociación Dominicana de Periodistas y Escritores, la reconoció con el Caonabo de Oro “como dominicana nacida en el extranjero”. Junto a ella, también fueron galardonados Pedro Peix, como escritor; Osvaldo Santana, como periodista, y a Junot Díaz, dominicano radicado en Estados Unidos, le otorgaron un premio especial.
Sus dos carreras no tienen mucha relación con el arte, pero para una mujer que nació en ese mundo, realmente se le hizo muy difícil no dejarse envolver. “Vine de una familia de artistas. Mi madre era pintora, mi abuelo pintor, mi padre arquitecto. Era una familia donde siembre se hablaba de arte”.
Cerca del año 1973 le piden a Marianne Tolentino que escribiera una columna de arte en el Listín Diario. Allí también hizo una entrevista al escritor peruano Mario Vargas Llosa, dos acontecimientos que para ella fueron su “punto de partida”. Además, trabajó como directora de asuntos internacionales en la Dirección de Bellas Artes y en el Museo del Arte Moderno. Actualmente dirige la Galería Nacional de Bellas Artes.
También fue, durante ocho años, embajadora en asuntos culturales en la Cancillería dominicana, y directora del Centro Cultural Cariforo, un puesto que ganó por concurso en el 1999. Entre otras áreas de la educación, ha sido maestra de traducción jurídica en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Allí tuvo como alumno al expresidente Leonel Fernández. “Cuando se encontraba conmigo siempre me decía profesora”, recuerda. Marianne Tolentino, con un acento particular de extranjero, resume las premiaciones que ha recibido en “varios reconocimientos nacionales e internacionales, y condecoraciones”. En éstos se incluye la Orden al Mérito Duarte, Sánchez y Mella, en el 2004. Al referirse a su extinto esposo lo hace de una forma especial.
“Siempre se hizo cómplice de mi carrera, la impulsó y siendo yo, a veces, una persona difícil de soportar, porque yo soy apasionada por el arte, le comunicaba todo, mientras que él con la medicina no podía porque ese es el protocolo de un médico y él era un hombre que lo mantenía de manera muy drástica”.
Amplia labor para la crítica y el arte
Ha desarrollado una amplia labor de crítica y difusión de las artes plásticas dominicanas. En 1989 recibió el Premio del Crítico Latinoamericano, otorgado por la Asociación Internacional de Críticos de Argentina. Ha publicado varios libros sobre el desarrollo de la plástica y la escultura dominicanas, lo que la convierte en una de las analistas de arte más difundidas del país. Entre sus libros, se cuentan: “Balzac y García Márquez”, (ensayo, 1971); “Estudio crítico”, (ensayo, 1975); “El árbol de los pájaros”, (cuento, 1983); “Jorge Severino: veinte años de pintura”, (1986).