NUEVA YORK.— Tiene 40 años viviendo fuera de Nicaragua, pero el amor por su país y sus compatriotas se mantiene intacto. El salsero Luis Enrique está resuelto a crear consciencia sobre la crisis sociopolítica que atraviesa la nación centroamericana por medio de una canción: “Mordaza”.
“Lo que espero es difundir lo que aquí se está dando. Nicaragua no puede dejar de ser noticia. Que esta noticia siga permanentemente, que el gobierno decida deponer las armas y garantizar la seguridad de todos los nicaragüenses”, dijo el cantante y compositor en una entrevista reciente con The Associated Press desde Miami, donde reside.
“Nosotros tenemos esa posibilidad de ser la voz de muchos que no la tienen, que no pueden ejercer ese derecho en este momento por el nivel de persecución tanto política como social que hay en la medida en que tú te manifiestes en contra del gobierno”, añadió. “Entonces (quiero) solidarizarme, básicamente, e intentar ayudar a los que han sufrido”.
Desde abril, cuando se desató el descontento entre la población civil debido a una polémica reforma a la seguridad social, Nicaragua ha sido sacudida por protestas que exigen la renuncia del presidente Daniel Ortega, cuyo gobierno ha respondido violentamente contra los manifestantes. De acuerdo a diversas estimaciones, del inicio de la crisis a la fecha, la represión a opositores ha provocado más de 250 muertos y unos 1.500 heridos.
La situación ha sido condenada por activistas locales y organismos internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Mordaza”, coescrita por el llamado Príncipe de la Salsa junto al músico cubano Yadam y la participación del rapero nicaragüense Erick Nicoya, está disponible desde la semana pasada en todas las plataformas digitales. Un 10% de las ventas del sencillo se donarán a entidades benéficas que ayuden a la situación en Nicaragua, de acuerdo con información proporcionada por los representantes de Luis Enrique.
“Se oye el clamor de un pueblo, que como un río viene creciendo. Un corazón pulsando contra el poder que sigue oprimiendo. Un batallón de amor que ha perdido el miedo. Lucha por la justicia y por sus derechos”, dice parte de la letra.
A lo largo de su carrera, Luis Enrique ya le ha había dado su voz a otras causas que le preocupan: se manifestó contra la violencia de género en el tema “Tú no le amas, le temes” y contra las drogas y los excesos en “Date un chance”. El detonante que lo llevó a pronunciarse en esta ocasión fue la primera muerte derivada de las manifestaciones en su país.
“Para mí todo el panorama cambió. Nicaragua no es ajeno a este tipo de cosas porque ya lo hemos pasado una vez anteriormente, lo que pasa es que esta vez es mucho peor”, dijo el ganador de un Grammy y tres Latin Grammy. “También ver a las madres clamando por sus hijos que se habían ido a manifestar pacíficamente, sin ningún tipo de deseo de confrontación alguna”, agregó. “De verdad que me dolió muchísimo y me sigue doliendo mi país”.
También reconoció que otros países de la región, como Venezuela, están pasando por problemas similares y dijo que cree es necesario hacer “una revisión profunda de nuestra humanidad” y “nuestros valores”.
“Me da la impresión que no hemos avanzado. En el caso de mi país, yo salí en el año 78 y seguimos peleando contra caudillos”, señaló Luis Enrique. “Seguimos matándonos los unos a los otros, … seguimos apoyando a los gobiernos que no saben administrar nuestros países, que se lucran de la vida de los ciudadanos, de los impuestos de los ciudadanos, que lo único que les interesa es su bolsillo y su bienestar y el pueblo que se muera de hambre. O sea, really? (¿de verdad?). Es bastante doloroso ver cómo estos patrones no acaban de romperse”.
Sin embargo, el intérprete de éxitos como “Así es la vida”, “Desesperado” y “Yo no sé mañana” confía en es posible romper ese ciclo con trabajo y educación.
“Yo espero que sí, porque tampoco quiero pensar que el mundo es totalmente oscuro. No, yo creo que hay luz. Hay mucha luz”, dijo Luis Enrique. “Lo que tiene que suceder es que los que somos y que andamos en esa sintonía y en esa vibración nos demos cuenta de que tenemos que hacer nuestro trabajo también. No nos podemos quedar callados, no nos podemos quedar en nuestro confort zone (elemento) preocupándonos nada más por nosotros. Hay algo más que hay que hacer si verdaderamente queremos tener un balance, pero definitivamente creo que somos muchos más lo que andamos en el camino positivo que los que andamos en el camino negativo”.