Luis David Montero no quiere fallar. Sabe que si eso sucede no sólo afectará de manera negativa su futuro, sino también el porvenir de sus familiares. Montero luce con los pies sobre la tierra. Las ideas en su cabeza denotan enfoque total para enfrentar el reto que se avecina, que es nada más y nada menos que la exigente NBA, una liga que ha visto caer estrepitosamente a talentos de primera.
Pero el dominicano aparentemente se comporta como alguien que sabe a lo que se enfrentará. Una charla durante la Liga de Verano de Las Vegas le abrió los ojos. “No me voy a volver loco”, dijo Montero durante una visita a elCaribe.
“No me va a pasar eso, con Dios delante, tengo la persona ideal al lado mío”. Él se refiere a Pedro Pablo Pérez, un exjugador dominicano que tiene larga data trabajando en baloncesto. De hecho, Pérez fue la persona que ha llevado de la mano a Montero, quien firmó un contrato multianual con los Trailblazers de Portland.
El jugador de 6-8 de estatura dice que está tratando seriamente de lograr sus metas y para ello, reconoce, tiene que dejar viejos hábitos en su vida, por lo que está enamorado de la idea de pasar siete meses en un campamento en Portland, lejos de las distracciones. “Quiero que me vean como un ejemplo”, afirmó el joven de 22 años, nacido y criado en Los Praditos.
“Estoy consciente de que tengo una oportunidad grande en mi vida, que todo depende de mí. No la puedo dejar pasar, todos están buscando una oportunidad como esta y Dios me la puso en las manos, no la puedo dejar caer”. Aunque no es un tipo de la calle, Luis David entiende que no es momento de pensar en eso, incluso, en lo adelante será cauto al elegir las personas con las que se relacionará. “Ahora, cuando estuvimos en Las Vegas hicieron una reunión, que hacen todos los años, y ellos hablaron de eso”, recuerda. “Pusieron a hablarnos a jugadores veteranos que han pasado por eso, como Zach Randolph, de Memphis, y otros que han llegado a la NBA y se han vuelto loco. Ellos han pasado por eso y nos enseñaron su experiencia”.
Una casa a su madre
Una cosa está ligada a la otra. Luis David aún no ha recibido un centavo del contrato que rubricó con los Trailblazers. Él sabe que si fracasa, que si no es cónsono con su pensamientos, su familia también se verá afectada. Máxime cuando Montero tiene entre cejas y cejas una meta más que importante para él.
“Mi sueño es comprarle una casa a mi mamá después de ahí que pase lo que pase”, declaró. “Ellos (su familia) se van a mover a un lugar mejor desde que reciba mi primer sueldo”. Todavía su madre, doña Marisol, vive en Los Praditos y espera mudarla muy cerca de ese lugar, pero en un apartamento mejor. Se confiesa muy apegado a su madre, pues es la persona con quien siempre ha estado.
Proyecto Portland
Luis David se marcha la próxima semana para Nueva York, Estados Unidos, donde permanecerá por un par de días hasta que viaje a Portland, sede de los Trailblazers. Es allí donde oficialmente empezará su vida de NBA.
Trabajará su juego y su físico en un campamento de siete semanas, para el cual se está preparando mientras está en República Dominicana, donde ha subido siete libras. Pesa 197 libras. “Quiero estar en 215”, dijo. “El equipo no me ha dicho ningún peso en específico, pero ahí no estaría ni muy liviano ni muy pesado”.
Los Trailblazers se encargaron de buscarle un apartamento y han programado una dieta que le ayudará a subir de peso. Esa parte es la que tiene un poco asustado a Luis David, pues no cree que haya arroz, habichuela y carne, ni tampoco hamburguer y papas fritas, comida que predominan en su actual dieta.
“Nunca me imaginé comiendo saludable, pero ya tengo una mentalidad diferente”, indicó. “Si quiero estar bien físicamente, tengo que comer saludable. Si hay que comer hierba, se come hierba”, bromeó.