En el marco de la conmemoración de un siglo de la constitución patrimonial de los Toros de la Virgen y las Hermandades de Toreros de la región Este, la Ciudad Salvaleón de Higüey, municipio cabecera de la zona turística más importante del Caribe y Las Antillas, en la provincia La Altagracia, se viste de sus fiestas patronales con una decoración tributo, advocación, peregrinaje y penitencia e inquebrantable fe como elementos entrañables de la idiosincrasia religiosa y advocación mariana.
El espectro religioso altagraciano es amplísimo y diverso, abarcando desde las salves, el desfile taurino, el habitual beso en el altar virginiano, los cánticos y el peregrinar; realizar rutas turísticas al Museo de La Altagracia, recorrer la emblemática iglesia San Dionisio hasta instaurarse en el remanso de paz y esperanzas contenidas entre las sacras paredes de la Catedral Basílica Nuestra Señora de la Altagracia, erigida en 1972.
Es por eso que Los Toros de la Virgen de la Altagracia es la segunda celebración más importante, después de la veneración del 21 de enero, siendo la fiel manifestación folklórica, mágica y religiosa que ojos humanos pueden apreciar y revivir en agosto de cada año, donde los fieles y devotos marianos advocan a la Virgen de la Altagracia, haciendo peticiones a cambio de favores, que serán pagados con ganado vacuno.
La tradición de la advocación mariana es un símbolo de gratitud, por medio de la donación u ofrendas de animales o Los Toros de la Virgen, que después de vendidos o subastados recaban los fondos que a su vez, son destinados a cubrir prioridades sociales realizadas por la Iglesia católica, con el objetivo de también contribuir a la celebración del “Día de acción de gracia” hacia La Altagracia, el 21 de enero.
Otras comunidades y poblados se unieron desde antes de los españoles arrear toretes para la Virgen cuando apenas Higüey se convertía en Villa, hacia (1505) por su fundador Juan Esquivel, conquistador español que acompañó al almirante Cristóbal Colón, en su segundo viaje en 1493; y quien destronó al cacicazgo y su cacique Cayacoa.
Hoy, Bayaguana despide a sus peregrinos desde el ocho de agosto, con destino a Higüey, para arrear a los Toros de la Virgen, guiados por las Hermandades de Toreros, recorriendo los campos de Hato Mayor, El Seibo y San Pedro recolectando los bravíos animales.
Distribución y bendición
Cada año, la Hermandad de Toreros realiza sus actividades colectoras de limosnas, novillos y devocionales en todas las provincias de la región Este, de República Dominicana. En los corrales, después de retenidos y agrupados, son contabilizados y registrados por los párrocos encargados de la recepción de los bovinos. En ese orden, citando al humanista Víctor Ávila Suero, en su compilación Comisarios y Toros y Peregrinos hacia los Santuarios del Este, monseñor de la Rosa y Carpio estima que la Hermandad de Toreros han jugado un rol apreciable de unificación en esta región.
Desde el 14 de agosto del 2005, monseñor Gregorio Nicanor Peña Rodríguez, dirigió a los comisarios y toreros dando la bienvenida, como en cada asamblea de ofrendas que se celebra en comunión con el pueblo.
En sus palabras afirma que Dios convoca a los fieles quienes tienen que dar testimonio de su fe y un gesto de ella es, la entrega y sus corazones puestos en las manos del Señor. “Por eso al ofrecer estos toros que ustedes traen en el día de hoy, no solamente están ofreciendo estos animales, sino que ustedes se ofrecen en carne como hostia propicia a Dios”.
El recorrido
Durante el trayecto los creyentes rezan, tocan salves y atabales. Canta José del Carmen Ramírez Lebrón, mejor conocido como Kinito Méndez: “Virgen de Altagracia, compañera mía, bendíceme tu casa y también la mía”. Otros artistas como, Los Hermanos Rosario, merengueros, quienes también dedican un merengue a la benefactora.
La trayectoria para recoger los Toros de la Virgen, inicialmente sale desde la iglesia Santo Cristo de Los Milagros, en Bayaguana, por ser en esta localidad donde el reverendo padre Tomás Núñez Cordero, estableció la primera ofrenda de los Toros del Santo Cristo; al igual que la de la Virgen de la Altagracia, en Higüey, siendo el fundador de ambas hermandades.
Origen histórico
El origen histórico de la Hermandad de los Toreros de la Virgen de la Altagracia se remonta a fines del siglo XVII, justo el 21 de enero de 1691, fecha en la que tuvo lugar la célebre batalla de Sabana Real o La Limonade, hoy situada en la costa norte del territorio haitiano, entre las cuencas de los ríos Caracol y Yaquesi. La hermandad de los Toreros de la Virgen de la Altagracia, es una cofradía organizada por la iglesia local dominicana, específicamente en el viejo santuario de la patrona, ubicado en Higüey. Durante cierto tiempo se denominó “Hermandad de los Comisarios de los Toros de Nuestra Señora de la Altagracia, pero actualmente se le conoce como los “Toros de la Virgen”.
Integrada por devotos marianos, original y esencialmente de procedencia rural, quienes en su misión por recoger limosnas y ofrendas de becerros o toretes que los pequeños, medianos y grandes criadores de ganados vacuno, siendo los menores, constituyen un legado religioso, costumbrista o tradicional en una marca-país que identifica a República Dominicana, en cualquier latitud por su demostración de veneración.
El motivo de esas ofrendas es el pago de una promesa, el agradecimiento por un favor concedido por la Virgen, la imploración a ella de protección y bendición de la familia, del ganado o sencillamente, el cumplimiento de una tradición familiar de larga data.
Igualmente, la hermandad taurina juega un papel importante en esta ofrenda religiosa, ya que los toreros de Bayaguana e Higüey trabajan juntos a través del tiempo, como una sola hermandad taurina hasta llegar juntos el día 13 de agosto a la parroquia de Santana, alrededor de las diez de la mañana, un día después, exactamente el 14, entrando al municipio turístico higüeyano, las reses o los Toros de la Virgen.
La primera parada de los Toros de la Virgen, descansa en la iglesia San Dionisio, luego se dirigen a la Basílica Nuestra Señora de la Altagracia, para ser bendecidos por el obispo de la diócesis y presidente de la Conferencia Nacional del Episcopado, el obispo monseñor Gregorio Nicanor Peña, para luego ser trasladados a los Corrales de la Asociación de Ganaderos de Nisibón (AGANI).
Plasman en lienzos “Los Toros de la Virgen”
En Higüey, la devoción por María, madre de Jesús, y los sacrificios hacia ella, trascienden la imaginación e ingenio del arte que ligada a la religión resultan una fidedigna expresión artística transformada en esperanza de parabienes y bondades anheladas y suplicadas por sus creyentes en las distintas penitencias celebradas “camino a Higüey”. A pesar de ser netamente una manifestación cultural de la provincia La Altagracia, son muchos los autores, historiadores y narradores de leyendas que han plasmado con pintura, brocha, pinceles, en paredes o bajo relieve, en tela o en óleo, la indescriptible imagen santa de la madre de todos los dominicanos, y de quienes la adoptan como luz maternal.