Para una economía que cada día más depende de los servicios, es halagüeño ver el empuje que están teniendo las exportaciones de bienes. Las exportaciones de zonas francas industriales han logrado niveles similares previos a la crisis financiera internacional del 2008. Las exportaciones nacionales totalizaron solo en el mes de abril US$353 millones, cifra récord, la mayor en los últimos 10 años y posiblemente la mayor en toda la historia.
De hecho, en el primer semestre de este año las exportaciones nacionales aumentaron un 45% con relación al mismo período del año anterior, y las exportaciones de zonas francas un 19%, algo muy positivo pues sus crecimientos habían estado muy tímidos. En adición, por primera vez en varios años, las exportaciones de confecciones textiles arrojan cifras azules.
Para este primer semestre del año las exportaciones totales, léase nacionales y de zonas francas, aportaron US$3,900 millones a la economía dominicana.
Lamentablemente el comportamiento del sector turismo no ha sido tan positivo como las exportaciones de bienes. Durante este primer semestre generaron US$2,300 millones, un crecimiento del 3.5% con relación al mismo período del año anterior. Esto nos indica que la crisis financiera internacional está teniendo un impacto mayor en nuestro sector de servicios que en el de bienes; se trata pues de un sector más expuesto a los vaivenes del entorno internacional.
A septiembre, el volumen de visitantes creció igual, un 3.5%. Tenemos una alta dependencia del turismo europeo, así como de los Estados Unidos.
Sorprendentemente el 70% del crecimiento de este año ha venido dado por turistas de Suramérica.
En un punto medio del barómetro se encuentran las remesas de los dominicanos ausentes, las cuales aportaron US$1,539 millones en el primer semestre, un crecimiento del 7%. Esto lo coloca dentro del comportamiento histórico, lo cual es positivo pues es una señal de que este renglón está superando el entorno de la crisis.
Estos renglones forman las tres patas de nuestros ingresos corrientes de divisas, las cuales al agregárseles los flujos de inversión extranjera complementan los soportes de la mesa. Este último, de paso, creció un 45% en el primer semestre.
Esto indica que nuestras fuentes generadores de divisas se están recuperando luego de dos años de crisis internacional. Ahora bien, en este primer semestre se deterioró el déficit de cuenta corriente, un claro indicador de que estamos demandando más divisas de lo que generamos, asunto que debemos monitorear estrechamente. Una clara señal de que debemos seguir esforzándonos para fomentar a nuestros exportadores de bienes y servicios.
El autor es economista
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