Hoy comienza la Semana Santa. Siete días de fiesta para la comunidad católica, aunque realmente las festividades comenzaron ayer con el Domingo de Ramos.
Este día, los feligreses acuden a la iglesia con ramas de palma o de cualquier otra planta con el fin de que el sacerdote de su parroquia las bendiga. Es una forma de recordar la entrada de Jesús a la ciudad, donde fue recibido por la multitud que le extendía ramos de olivo.
Escuchando a las personas de mayor edad, uno no puede creer cómo eran esos días y cómo el paso del tiempo ha ido cambiando una serie de patrones de conducta que debía exhibir la población en esos días. Hace apenas unas décadas, las personas no se atrevían a elevar la voz, sobre todo entre el jueves y el domingo, la música estaba prohibida, salvo la sacra, las risas y juegos de los niños quedaban suspendidos, en la casa los quehaceres se realizaban de manera sigilosa, no se podía hacer ruido, se luchaba por no dejar caer un vaso. Jesús había muerto. El mundo estaba de duelo y eso había que respetarlo.
Con el paso del tiempo, la democracia, que juega papeles convenientes, liberó de a la gente de este rigor. Quienes pasan el año entero trabajando, vieron en estos días en casa, la oportunidad para salir en familia, con los amigos; y como la fecha coincide con el verano, las playas, las montañas, los resort, son los puntos obligados en el mapa diseñado para pasar ese tiempo.
Muchas personas que profesan la fe católica, llevan al pie de la letra el calendario que para la fecha prepara la iglesia.
En los últimos años, los niños se integran a la llamada Pascua Infantil, como una forma de inculcarles el sentido religioso de la Semana Mayor. De la forma que usted la asuma, siempre es bueno tener en cuenta que después del domingo, la vida sigue con sus buenos y malos ratos. Es importante respetar la elección de cada cual, sea usted creyente o no. Quienes se quedan en la ciudad, disfrutarán de una paz y tranquilidad inusual en el tránsito, pero aquellos que salen hacia el interior, deben ser obedientes de las disposiciones de las autoridades, por más molestas que las encuentre, son establecidas para la seguridad de los ciudadanos.