Líderes religiosos de las iglesias católica y evangélica consideraron ayer que hay una responsabilidad del Estado sobre el deterioro familiar que afecta la sociedad dominicana.
De acuerdo al presidente del Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (Codue), Fidel Lorenzo, la violencia en el país es real y ha sido construida desde los distintos niveles.
Sostuvo que la familia representa el espacio perfecto para modelar la convivencia, amor y tolerancia. Sin embargo, sostiene que esa misma familia es violentada diariamente a través de la violencia institucional que niega el derecho y la justicia en forma práctica. “Diversos motivos provocan que en la familia se generen situaciones de conflictos, como por ejemplo cuando un padre de familia está sin empleo las condiciones ambientales y emocionales que se generan en el hogar no son para sonreír, sino que son momentos de depresión y preocupación”, explicó. Asimismo, señaló que otra manifestación de violencia estatal se pone de manifiesto con los bajos salarios que reciben los hogares dominicanos y la incapacidad de las autoridades para suplir las necesidades básicas de la sociedad.
“Cuando un pueblo ve que se niega justicia y se niega el derecho a un ser humano, eso también genera violencia”. Y agregó:“Este incremento de violencia y criminalidad de los últimos días, en gran parte, se debe a que la gente ha perdido la expectativa de que en alguna instancia del sistema de justicia se va a juzgar conforme al derecho y se va a hacer justicia. Y entonces la toma por sus propias manos”.
Padre Luis Rosario
En tanto que el coordinador de la Pastoral Juvenil, padre Luis Rosario, atribuye la violencia a las iniciativas legislativas que se generan desde el Estado para destruir la familia.
Sostuvo que las autoridades no trabajan para fortalecer los valores sociales y que desde el Congreso solo se legisla para conocer los proyectos de ley que les importan a los legisladores, quienes actúan con rapidez movidos por sus intereses políticos, señaló.
Tenemos que crear leyes para tratar de corregir los entuertos que se han creado en la sociedad, dijo. “La situación es muy crítica y casi raya a lo trágico”, consideró el sacerdote.
