Desde pequeño se dejó seducir por el lenguaje de la música y las letras de las canciones de los artistas de su generación, las que le sirvieron de inspiración para, más tarde, dar a luz sus propias composiciones.
Su talento ha viajado alrededor del mundo, y personas de los lugares más recónditos de la tierra han “tarareado” sus letras, aun sin hablar español.
Para muestra, solo basta una canción: “No me Conoces”, internacionalizada por Marc Anthony, uno de los artistas más famosos de la escena musical a nivel mundial.
Fernando se siente orgulloso de poder compartir con la gente el don de escribir, por eso, aunque trata de permanecer en bajo perfil, cuando alguien se le acerca para expresarle admiración por su talento, no puede ocultar su emoción.
La suya es una vida llena de historias y de situaciones interesantes, que en su momento han servido para despertar sus musas. Una historia que comenzó un día de agosto en la localidad de Tamayo.
1. De Tamayo
Nací en Tamayo, un 16 de agosto. Mis padres eran Renato Arias y Blanca Fabián. De padre y madre éramos nueve hermanos, ya han muerto algunos. Mi padre tuvo otros hijos. Mis padres eran muy trabajadores. Papá era muy inteligente y mi madre muy generosa, noble, increíblemente noble. Ella quería a todos los hijos que mi papá tuvo con otras mujeres. Los quería como si fueran de ella. Lo que nos daba a sus hijos, también se lo daba a los hijos de mi papá. Mi papá cantaba, y aunque me decían que mi madre también lo hacía, nunca la escuché.
2. Infancia corta
Tuve una infancia bonita, pero corta, desde los seis años yo trabajaba. Un hermano mío, Renatico, puso un negocio, donde alquiló un “picó”, y la gente tenía que pagar cinco centavos para que le pusieran las canciones. El que manejaba el “picó”, era un primo nuestro, y cuando él tenía que salir a hacer cualquier cosa, yo me quedaba a cargo de la música. Ahí comencé a escuchar a los cantantes de amargue, José Antonio Salamán, Carlos Pizarro… Después, mi hermano puso un bar y la vellonera la cuidaba yo. Ahí seguí escuchando a Olimpo Cárdenas, Julio Jaramillo, el Jibarito, después a Inocencio Cruz y al primer cantante de amargue dominicano, con el que hay una confusión, porque se cree que es Calderón, pero fue Chú Pérez, que grabó dos tangos. Pero luego comenzó otra etapa, con cantantes como Lucho Gatica, Eduardo Yanés, Rafael Vásquez, Marco Antonio Muñiz y me interesé más por estos artistas. Como yo ponía los discos y no tenía que pagarlo, ponía los que me gustaban. Siempre elegí esos cantantes, con condiciones muy diferentes a los de las canciones de amargue.
3. Temprano
Desde muy temprano me incliné por la música. Recuerdo que prácticamente en el patio de la casa estaba la academia de música. Yo cantaba mucho en la escuela, pero ya a los 12 años yo cantaba con orquestas y me contrataban algunos maestros de música. Conjuntos musicales nos contrataban de otros pueblos, aprendí a tocar saxofón, pero como cantaba, lo abandoné. Cuando llegué a la capital seguí en eso. Lo primero que hice fui ir a un programa de aficionados que se llamaba Futuros Artistas, que lo dirigía Pildorín. En esos programas participaba Fausto Rey, cuyo nombre real es Ramón Sepúlveda. En ese tiempo, las voces como las de él no tenían esa aceptación, lo que estaba de moda eran las voces líricas y semilíricas, si tú no cantabas Siboney o Esclavo Soy era difícil ganar, incluso, la primera vez que participé quedé en segundo lugar, porque fue un joven, que recuerdo que vendía alcancías, cantó Júrame, y me mató ahí. Yo canté Solamente una Vez, de Agustín Lara.
4. Formación
Mientras estudiaba en el liceo, cantaba los fines de semana. Recuerdo que quien me acompañaba era Milcíades Díaz Santil. Después, ingresé al coro de la universidad, después al Coro Nacional, al Coro de la UNPHU, al Coro Municipal. Cuando ingresé al Coro Municipal me pagaban 52 pesos, y de ese dinero yo le pagaba 20 pesos a Ivonne Haza, que me daba clases de canto. Yo duré como cuatro años estudiando canto con ella. También tuve contacto con la familia Carrasco. Tan pronto ingresé al coro, tanto a Cheo Zorrilla, como a mí, Vian Carrasco nos apadrinó, fuimos a la academia, cantábamos con Angelita Carrasco en los espectáculos. Estuve con la orquesta de David León, en el Embassy, pertenecí por tres años a Los Juglares y fuimos invitados a Miss Universo. Después estudié con la profesora María Remolá, española -cubana. Era una señora que tenía una voz increíble.
5. Compositor
Cuando muchacho, yo escribí algunas cosas, pero sin mucho fundamento, y después, como en el 82, cuando AMUCABA organiza el último festival, participé con una canción que después la grabó Javid Yarull: Para Amarte como Ayer; la primera, que hoy ni me la sé. Después de eso me enamoré y llegó la inspiración, empecé a escribir canciones, y al poco tiempo me grabaron Fifa Núñez, Valeria y Shiomara. En ese tiempo yo trabajaba cantando en el programa Fiesta, de Teleantillas. Luego vino la época de la salsa, conocí a Frank Torres, que trabajaba con la TH, que se ocupaba de grabar salsa, aunque tenía cantantes solistas como Chucho Avellanet, Sophy, Danny Rivera, El Puma. Frank Torres se llevaba las canciones de nosotros. A mí me grabaron 24 composiciones, mías, a ritmo de salsa, de la llamada salsa erótica. Grabo Oscar de León, Tommy Olivencia, Paquito Guzmán, Ismael Miranda, la orquesta La Solución, un venezolano llamado Amílcar Boscán, Willy Crespo, David Pavón, Domingo Quiñones, El Canario; La Sophy me gravó un merengue, con arreglo de Manuel Tejada, también Omar Franco y Taty Salas; Adalgisa Pantaleón, dos merengues, López Balaguer me grabó ocho canciones y Luchy Vicioso también grabó una canción mía.
6. Error de un compositor
Yo canto, pero lo peor que le puede pasar a un cantante que compone es decir que es compositor. Te voy a poner un ejemplo: Corín Oviedo, una de las mejores voces, la comparaban con Luchy Vicioso y con Maridalia Hernández, pero se puso a componer y después les dio canciones a cantantes que no tenían las condiciones de ella. Cuando trasciendes como compositor, la gente se olvida de que eres cantante. Para escribir bien hay que leer, nutrirse de buena literatura.
7. El encuentro con Marc Anthony
Fue en la casa de una amiga, llamada Clara Rodríguez. Ahí no solo estaba él, sino el que era su compositor de cabecera, que era Omar Alfano, y su esposa Carmen. En ese encuentro él escogió dos de mis canciones: “No Me conoces” y “Suceden”. Aunque “No me Conoces” ya había sido grabada en salsa por David Pavón, esa canción había alcanzado una popularidad increíble. Si buscas en Internet encontrarás como 30 versiones en diferentes géneros. La segunda vez que él y yo nos vimos me dijo: “yo quiero encargarme de toda tu música”, pero yo no tenía visa. Ya he ido a Estados Unidos muchas veces. La primera vez que fui, fue que me invitaron, porque “No me conoces” fue la canción caribeña de 1998, ganó el primer premio, y yo tuve que ir a buscar el premio a Nueva York. Después, cuando volví a buscar visa, me rechazaron. Entonces, llamé al Departamento Cultural de la Embajada de Estados Unidos y me dijeron que llevara los documentos que llevé para ir a recoger el premio, y entonces conseguí la visa por 10 años.
8. Hombre tranquilo
Soy tranquilo. La única vez que tuve dos novias, todavía era un muchacho. Esa fue la única vez, después de eso, más nunca me he metido en ese lío de tener dos amores a la vez. Ahora mismo estoy solo, soltero, en especial. Tengo una hija. No me he casado, pero he amado a tres mujeres, de las cuales, lamentablemente, dos murieron.
9. Experiencias tristes
No recuerdo haber llorado tanto en mi vida, pero sí recuerdo cuando murió mi abuela. Yo era un niño y fue la primera vez que murió alguien cercano. Aunque he pasado por muchos momentos tristes, este es uno que me marcó profundamente. Mi mamá murió en 1976, pero duró cuatro años y medio en silla de ruedas. No hace mucho tiempo que murieron mi cuñada y mi hermano, con ocho meses de diferencia. Él fue el único amor de su vida y ella la única mujer que él había amado, y cuando ella murió, él con 82 años, no resistió.
10. Orgullo
Es muy emocionante cuando escuchas una canción tuya, cuando ves a la gente disfrutar esa composición de tu autoría. Yo soy perfil bajo, a veces yo he estado en un sitio y colocan la canción “No me Conoces” y la gente comienza a cantar, y yo estoy en ese lugar pero nadie sabe que yo escribí esa canción. En una ocasión, había una persona que sabía que yo la había escrito y lo dijo. Entonces, todo el que estaba ahí fue corriendo donde mí. Una de las últimas experiencias me sucedió en las Ruinas de San Francisco, el disc jockey puso esa canción y yo vi a un señor con una muleta que fue casi arrastrándose a tomarse una foto conmigo y me dijo: “Yo soy puertorriqueño”. Esa canción no he encontrado a nadie que diga que no le gusta. l
Estudio, trabajo e inspiración
Cuando fui a estudiar a la universidad estaba la lucha por el medio millón, y como yo tenía mi inclinación por la música, hice dos años de ingeniería y la dejé. Después me gradué de Mercadeo, en la Universidad Eugenio María de Hostos. En la actualidad trabajo como corredor de seguros, pero sin dejar de componer. Para mí, componer no es difícil, es una bendición de Dios. Lo importante es tener curiosidad, lo primero es el motivo de la canción. Ocurrió que como yo soy un amante de la sicología y un gran lector de temas vinculados a ella, nunca escribo por escribir. Escribo por experiencias que me cuentan amigos y amigas. Soy un feminista. El hombre puede amar con la misma intensidad que ama la mujer, pero ella, en la práctica, lo demuestra más. Todo está dicho, lo que hay es que decir las cosas de un modo diferente. A mí me gustaría que Alejandro Fernández interpretara una de mis canciones, pero es muy difícil, porque a un artista de esa naturaleza le llegan cientos de canciones al mes.
Lamentablemente los artistas dominicanos no graban canciones dominicanas y prefieren hacer adaptaciones o cantar canciones de compositores extranjeros. Lo peor que le puede pasar a una canción es que la cante un cantante malo. No se puede vivir de las composiciones, uno tiene que hacer otras cosas. Claro, es diferente si eres cantante y compositor, o compositor y arreglista, o tienes una orquesta. Simplemente, vivir solo de la composición no es fácil.
Deseo
“Quisiera grabar un disco, aunque grabé una vez, quiero hacerlo ahora. Tengo demasiadas canciones y lo peor es que uno muera y las canciones se pierdan”.
Estudios
“Cuando ingresé al Coro Municipal me pagaban 52 pesos, y de ese dinero yo le pagaba 20 esos a Ivonne Haza, que me daba clases de canto”.
Cantautor
“Cuando trasciendes como compositor, la gente se olvida de que eres cantante. Para escribir bien hay que leer, nutrirse de buena literatura”.