Recientemente el Centro de Planificación y Acción Ecuménica (CEPAE) arribó a sus 46 años, los cuales ha dedicado al trabajo social dirigido a orientar a las comunidades y organizaciones de base, poniendo en sus manos herramientas que les permitan un mejor desarrollo.
Faustino Collado, economista, trabajador social, excoordinador nacional de Participación Ciudadana, profesor universitario y autor de más de 30 libros en el área de las ciencias sociales, se desempeña como director ejecutivo del CEPAE, institución de la que destaca ejecuta algunos programas gracias a la colaboración de iglesias extranjeras y de agencias de cooperación y financiamientos sociales como Oxfam, InteRed, y en menor medida de la Unión Europea.
Al respecto, al conversar con elCaribe, Faustino Collado lamenta que el empresariado y el Estado mismo no comprendan la importancia del trabajo social y comunitario, lo que a su juicio limita el accionar de instituciones similares, que trabajan temas de educación, producción, género y últimamente la violencia, ya que entiende que la dominicana es una sociedad muy violenta.
¿El Centro solo recibe ayuda del exterior?
Sí, pues aquí la filantropía en el país casi no existe. Los ricos no apoyan el trabajo comunitario, a pesar de que el Código Tributario establece que las empresas pueden donar hasta el 8% de lo que pagarán en impuestos para salud, educación, trabajo social, y esos recursos son deducibles del pago de impuestos.
¿Y del Estado, reciben apoyo?
Muy escaso. Actualmente tenemos una asignación de apenas 20 mil pesos, tenemos nueve empleados fijos, así como una asamblea de 39 miembros voluntarios y un cuerpo de voluntarios en cuestiones puntuales que sobrepasan los 100.
Es una situación difícil, entonces
Sí, y hemos tenido experiencias muy malas con instituciones públicas. Ejemplo, en San José de Ocoa, donde organizamos las juntas escolares de centros, que permite a los estudiantes participar en la gestión de los centros educativos, como dice la Ley General de Educación 66-97. Hemos organizado los comités de curso y las juntas de centros educativos, y los recursos que hemos invertido el Ministerio de Educación no nos los ha reembolsado, y nos ha dejado enganchados, a pesar de existir un convenio donde el Ministerio se comprometió a apoyar ese trabajo.
Tienen un gran reto en términos de financiamiento
El financiamiento del trabajo social es un reto, porque está demostrado que el Estado no puede resolver todos los problemas en sociedades con tanta deuda social como la nuestra, y hay comunidades donde el Estado no llega, y por eso hemos entendido que trabajar con los ayuntamientos es importante, porque son las instituciones más cercanas a la gente, pero el Estado le incumple a los ayuntamientos. Y se necesita obtener más recursos y trabajo voluntario de la gente para acompañar a pequeños productores, pequeños propietarios, las mujeres, los jóvenes, para ser mejores ciudadanos.
¿Eso implica educación ciudadana?
Así es. Ahora, por ejemplo, en el país ha surgido el tema de la violencia, la delincuencia, tanto la violencia intrafamiliar como la violencia pública, y ahí se necesitan muchos esfuerzos de todos juntos para ser una sociedad más pacífica, pues somos una sociedad muy violenta, ya que las muertes violentas son altísimas.
¿Qué significa que el CEPAE haya arribado a los 46 años?
Hay que destacar la permanencia, la continuidad, ya que en el ámbito de las organizaciones sociales y comunitarias, son muy efímeras, y el hecho de que una organización de servicio y voluntaria tenga 46 años es un mérito de quienes la fundaron y de quienes hemos seguido levantando la antorcha del trabajo social.
¿El trabajo social es la razón de ser del CEPAE?
En un primer momento el trabajo fundamental se dirigió a contribuir con la organización del campesino dominicano. En 1970, cuando nace el CEPAE, la lucha por la tierra era una de las principales actividades de los movimientos sociales. Había una gran concentración de la tierra, y hoy en día 216 fincas tienen más de 10 millones de tareas de tierra, es decir, cerca de la mitad de la tierra cultivable del país, y en esa época la situación era apremiante. Fruto de esta lucha se emitieron las leyes agrarias de 1972, donde el Gobierno se vio obligado a distribuir más de 100 mil parcelas a los campesinos, y el CEPAE contribuyó con ese proceso de organizar al campesino, y ahí surgió el Movimiento Campesino Independiente (MCI), que lo impulsó el CEPAE, así como organizaciones campesinas en San Cristóbal, Villa Altagracia y Monte Plata.
¿La educación popular y los derechos humanos han sido uno de sus ejes de trabajo?
Esta educación popular se dirigió a los campesinos, pero con el surgimiento del movimiento feminista en el país, el CEPAE abordó el esfuerzo en el ámbito de la educación popular, y se hicieron muchas actividades, programas de educación de los derechos, y de los derechos humanos en general. Desde su fundación, el CEPAE ha tenido programas de derechos humanos, derechos de las mujeres, trabajadores, las comunidades, de los inmigrantes, de la niñez, derecho a la nacionalidad, a un nombre, y ahí contribuimos a las declaraciones tardías de miles de niños cuyos padres no tenían cédula.
¿Esto le ha valido el reconocimiento internacional?
Sí. En los años 90 incursionamos en el tema de la educación en salud reproductiva, ahí trabajamos con las mujeres en relación a sus derechos y la prevención en salud. Hicimos una gran contribución en la zona de Herrera y Manoguayabo, hoy Bellas Colinas, con dispensarios médicos, programas y eso llevó a que el Banco Interamericano de Desarrollo reconociera ese trabajo social.
¿Cómo ha sido el trabajo con los municipios?
Desde el final de los 90 hacia acá el trabajo del CEPAE se ha concentrado en la municipalidad, y hemos capacitado a síndicos, regidores, alcaldes; ha brindado asistencia técnica en cuestiones de derecho municipal, finanzas municipales, democracia municipal, del buen uso de los recursos naturales y el medio ambiente.
¿En cuáles otras áreas trabaja?
El territorio dominicano es un caos en términos de ordenamiento territorial. La gente construye a orilla de la carreta, sin observar las disposiciones municipales. Las montañas se convierten en ciudades, como el caso de Jarabacoa. Hay zonas ordenadas, al declararse parque nacional o reserva científica, pero se violan. Hemos lanzado una atención a los congresistas, a Medio Ambiente, a la Dirección General de Ordenamiento Territorial y a los ayuntamientos, de que se necesita un esfuerzo nacional para ordenar el territorio dominicano.
Violencia
Somos un país muy violento, y se necesita un esfuerzo muy grande, de todos, para bajar los niveles de violencia que nos afectan a todos”
Recursos
El CEPAE recibe apenas 20 mil pesos por parte del Estado, y sobrevivimos por las donaciones internacionales, pero eso es muy inestable”