Es tiempo de prudencia, tiempo de pensar inteligentemente en hacer un compromiso con y por la paz. Partiendo del hecho de que la paz más que el destino, debe ser el camino, debemos emprender nuestros pasos asumiendo el calzado del deber, del respeto, de la armonía, de la búsqueda del bienestar y del bien común. El individualismo que tan fácilmente vestimos, nos aleja de la paz, es decir, nos saca, nos desvía del camino; acompañado del odio nos hace violentos, indolentes, inconscientes. La batalla fracasa con la estrategia incorrecta, probablemente por eso no andamos bien en la lucha por la vida o por lo que entendemos que sería bueno…¿para quién? No podemos avanzar si nosotros mismos atamos los pies de quienes nos pueden impulsar.
“Los hombres escarnecedores ponen la ciudad en llamas”.
Es tiempo de prudencia, tiempo de pensar inteligentemente en hacer un compromiso con y por la paz. Partiendo del hecho de que la paz más que…